Emi recibió en la madrugada del domingo al lunes una llamada de teléfono.
Era la Policía Nacional. Habían vuelto a robar en su restaurante. Es la tercera ocasión en menos de un mes. “Primero fue el día 1, después el 5 y ahora este día 21”, apuntaba ayer a este periódico.
Su negocio se encuentra en la plaza de La Milagrosa, donde también
se han registrado otros robos con fuerza en las últimas semanas: en una tienda de pinturas, en su misma acera, en un pequeño bar al otro lado de la plaza y en otro negocio de la parte trasera.
Una situación que ha provocado que
un grupo de vecinos -una decena, según apunta Juan Lara, uno de los impulsores de la “plataforma independiente vecinal”- h
ayan decidido movilizarse para reclamar mayor seguridad en su barrio y el de La Pita.
“No es normal lo que hemos visto en mes y medio”, subraya Lara, quien destaca que toda la zona está “bien iluminada de noche”, y
le preocupa que se dé “imagen de inseguridad, porque se nos puede llenar el barrio de delincuentes”, de ahí su llamamiento para que se incremente la presencia policial en la zona.
“Creo que este viernes en el pleno se va a hacer una pregunta sobre la situación”. De momento están colocando carteles para concienciar a los vecinos y poder hacer más fuerza.
Un cliente habitual del restaurante de Emi acaba de llegar y no sale de su sorpresa tras apreciar lo ocurrido: “¿Otra vez? No me lo creo”, comenta.
La propietaria del estanco próximo al bar de Emi no ha sufrido robos hasta ahora: “Gracias a Dios yo no. Creo que van a lo que es más fácil. Ya han cogido los puntos y vienen al sitio cuando necesitan dinero”, señala alarmada.
Emi lleva cuatro años al frente de su negocio en La Milagrosa, “nunca hasta ahora había sufrido ningún robo”. La primera vez fue el bote en el que guardaba el dinero para pagar a proveedores, la segunda vez la máquina registradora y ahora 300 euros de otro cajón que compró este año para su caseta de feria.
Como la vez anterior, el autor de los hechos, encapuchado, reventó el cristal de la puerta con la tapadera de una alcantarilla. “Se ha hecho un corte, al igual que la vez anterior. La científica ha estado tomando restos y las huellas para intentar identificarlo”, aunque sospecha que puede ser hasta la misma persona.
Los vecinos admiten que la policía “está actuando”, pero piden más seguridad.