La asociación de vecinos Centro Histórico ha vuelto a demandar “medidas urgentes” para tratar de frenar el fenómeno asociado a la celebración de las zambombas, lamentando que, a su juicio, Jerez haya ofrecido estos días “una imagen triste y vergonzosa” y advirtiendo de que sus calles y plazas no son “un recinto ferial” sino “una zona residencial” donde hay personas con “derecho al descanso” y “a unas condiciones mínimas de higiene y de circulación por las calles”.

El colectivo vecinal dice que “lo sufrido este último fin de semana no puede describirse con palabras”, con unas fiestas que “han terminado convirtiéndose en un enorme macrobotellón propio de una caseta de feria”.

La asociación se queja de que en intramuros “no se ha restringido el paso de vehículos” ni se ha observado un “refuerzo de seguridad”, cundiendo la sensación de que “absolutamente todo despropósito está permitido”.

Estos vecinos insisten en la idea de que se está “alimentando un modelo económico insostenible que solo enriquece a la hostelería del centro histórico, mientras se revienta literalmente a los barrios, al patrimonio material e inmaterial y se acaba con las tradiciones”, ofreciéndose en definitiva “una imagen triste y vergonzosa”.

Esta asociación se ve “en la necesidad de reiterar” por tanto la “extrema urgencia de tomar medidas y regular las semanas de fiesta que quedan”, describiendo un escenario de barrios convertidos en “auténticas ratoneras” en las que los vecinos “se sienten secuestrados en sus propios hogares” como consecuencia de “la ocupación de las calles y plazas desde el mediodía y hasta altas horas de la madrugada”, algo que se ha convertido “en un verdadero infierno”.

El colectivo asegura haber recibido estos últimos días “llamadas y mensajes de vecinos agotados y desesperados” denunciando “aumento de la inseguridad, vandalismo, robos en coches y casas, robos a punta de navaja, ríos de orines y fuerte olor a defecaciones y vomiteras”.

“La única tradición navideña que se sigue cumpliendo es ver cómo año tras año, el gobierno de turno declara que tomará medidas una vez acabadas las fiestas. Tres semanas de infierno nos quedan. ¿Somos los únicos preocupados por conservar nuestro preciado Bien de Interés Cultural?”, concluyen.