Algunos miembros del Gobierno del PP siguen empeñados en sacar a la luz pública y elevar a la categoría de calumnia ciertos asuntos que forman o más bien formaban parte de la gestión municipal, dejando caer como quien no quiere la cosa la comisión de un posible delito.
Lo hace el señor Saldaña en este mismo espacio, tan frescamente, cuando habla de los fondos del Plan E que el gobierno socialista gestionó en la legislatura pasada y que hizo posible que se construyera la Ciudad de los Niños, el nuevo Geriátrico Municipal o que se culminara la rehabilitación de los Claustros de Santo Domingo, entre otros muchos ejemplos.
El PP, simplemente, ni ha sabido ni ha entendido lo que es la alternancia de gobierno en democracia y sigue dedicándose a criminalizar al anterior gobierno socialista. Pero ya es hora de que pase página, sobre todo, cuando tiene tantos frentes abiertos y la casa “patas arriba”. Sin ir más lejos, en estos días la alcaldesa se ha dedicado a lanzar dardos envenenados a la plantilla municipal sobre los nuevos recortes que pretende aplicar a los salarios de los trabajadores municipales, con la eliminación de pluses y ayudas sociales que, por cierto, estaban recogidos en convenio y, por lo tanto, se tratan de derechos consolidados de los trabajadores.
Es cierto que en épocas tan difíciles y teniendo en cuenta la grave situación económica del Ayuntamiento, toca hacer esfuerzos, pero todo tiene un límite, sobre todo, cuando las decisiones se toman de forma unilateral, sin diálogo ni consenso previo ni con los sindicatos ni con los grupos de la oposición. Y todo ello, además, se radia a la opinión pública cuando pesa como una losa sobre la plantilla municipal un ERE para despedir a 390 trabajadores municipales, 390 personas y familias que se van a ver abocadas al paro. El escenario, por tanto, no es el más idóneo para plantear más sacrificios a los trabajadores municipales, pero está claro que el PP siempre impone la política del miedo frente a la ausencia de diálogo y de consenso.