‘Yo soy don Quijote de la Mancha’ “rescata el referente moral y ético que es este individuo quien, antes de estar loco, se enfrenta a cualquier riesgo con tal de defender unos principios”, señala José Sacristán, protagonista de este montaje que podrá verse en el Teatro Villamarta este sábado día 12 de enero.
A Sacristán –en el papel del insigne caballero de la triste figura- le acompañarán en el escenario Fernando Soto (como Sancho) y Almudena Ramos (que encarna a Sanchica, hija de Sancho), al que se suma el violonchelo de José Luis López. La obra dirigida por Luis Bermejo está basada en el texto de Miguel de Cervantes, pero cuenta con la dramaturgia de José Ramón Fernández, lo que permite que el público pueda contemplar desde una nueva perspectiva –más actualizada e incluso cómica- las aventuras del célebre personaje cervantino.
José Sacristán se reencuentra con el Quijote, tras su interpretación en el aplaudido musical que invadió la Gran Vía madrileña a finales de los años 90. Sin embargo, en esta ocasión, encarna a un personaje desde la visión teatral de José Ramón Fernández. “Hemos intentado que este mito que todos tenemos en el cabeza siga formando parte de nuestra vida y nuestros sentimientos a través de los actores”, precisa el autor de la dramaturgia. Con el objetivo de construir “un Quijote esencial”, se han conservado algunos pasajes bien conocidos por el gran público, pero se añaden otros que no pertenecen a la obra.
Esta novedad, en opinión de Sacristán, constituye todo un acierto. “José Ramón ha creado un personaje, Sanchica, que tiene la virtud de ser un personaje bisagra que se dirige al público con textos de Pasolini, Galdós, Machado o Unamuno. Se convierte en una especie de voz en off que va situando al espectador, de forma que nos permita mostrarle aspectos determinados del Quijote”.
Contra la opinión general, Sacristán no duda en asegurar que entre los dos personajes principales –Quijote y Sancho- no hay antagonismo. “Al final de la novela hay una aproximación, un aquijotamiento de Sancho. Toma de él muchos modos de ver la vida e incluso de formas de decir. Yo mismo soy sanchesco de origen y quijotesco por aspiración”.
Personaje universal
Que el Quijote es un personaje universal no tiene ninguna duda el actor y reconoce que, afortunadamente, aún quedan personas con este perfil en el mundo. “Frente a lo peor que surge con la crisis aparecen actitudes y gestos. Sería para volar el planeta si ya no hubiera personas capaces de defender sus principios”, asegura. Todos los personajes dejan huella en los actores y, en este caso, la enseñanza clarividente es “no rendirme”. “Si te miras por la mañana en el espejo, te reconoces y te guardas el respeto debido, no has de rendirte”, agrega.
Para el actor Fernando Soto (que interpreta a Sancho) este montaje abunda en el tema de “la bondad en estos tiempos tan sucios en los que parece que sólo se ven cosas malas”. Su compañera de reparto Almudena Ramos (Sanchica) añade que se pone especial énfasis en que el quijotismo como “ese espíritu que potencialmente está en todos y que puede desarrollarse o no”.
La puesta en escena de ‘Yo soy don Quijote de la Mancha’ recurre al teatro dentro del teatro, un juego dramático que permite a los personajes, a los que acompaña el violonchelista José Luis López, entrar y salir de la realidad y la ficción, haciendo partícipes a los espectadores de todo el proceso de elaboración de la obra.
Año y medio de intenso trabajo con el texto ha llevado al equipo ultimar esta nueva visión del Quijote que, según Luis Bermejo, su director, destila “mucho humor”. A su juicio, el protagonista “no ha perdido el juicio, sino que vive con intensidad lo que otros experimentamos débilmente”.
‘Yo soy don Quijote de la Mancha’ fue estrenado en la última edición del Festival de Almagro y, posteriormente, hizo su presentación en Madrid en el Teatro Español.