La crisis del ladrillo está dispuesta a no dejar títere con cabeza en Jerez. Ni los gigantes que alcanzaron un lugar predominante en los grandes años del boom se libran del declive inmobiliario. La última firma en sumarse a la lista negra ha sido Basilio Iglesias (BI), una promotora familiar que ha dado el cerrojazo a sus oficinas del centro, tal como señalan fuentes del sector inmobiliario que se han visto afectadas por esta situación.
Después de aguantar la marejada de los últimos años, finalmente el grupo de esta entidad emblemática e histórica de Jerez se ha rendido y ha vendido los activos de su principal sociedad a un fondo de inversión madrileño ante la falta de solvencia para seguir su actividad en Jerez.
Pese a los problemas de crédito que ha acarreado la crisis económica, en los últimos meses este grupo ha entregado dos promociones en Los Villares y en la hacienda El Carrascal, junto a las antiguas bodegas Croft, dos de las nuevas zonas de expansión mejor comunicadas hoy en día en Jerez y donde se han levantado más de un centenar de viviendas en plena crisis. Sin embargo, no ha sido suficiente.
Nueva realidad
A diferencia de la web, donde se anuncian las últimas viviendas en venta de promociones de Villares de Montealto y residencial Tres Olivos, en la avenida Juan Carlos I, junto con locales comerciales y plazas de aparcamientos, el teléfono de contacto con las oficinas de Jerez ya no está operativo. A este paquete hay que sumar una nutrida cantidad de solares tanto en Jerez como en Arcos.
Y es que sus céntricas dependencias en la calle Manuel María González se encuentran clausuradas desde hace semanas y es frecuente ver a los ciudadanos observando las últimas maquetas que decoran el escaparate de un grupo tan señero como fue en su día Basilio Iglesias.
Los daños colaterales, además de algunas operaciones de compra-venta pendientes, la veintena de trabajadores que han visto extinguidos sus contratos de manera progresiva en los últimos meses.