La secretaria general del PSOE-A de Jerez, Miriam Alconchel, se enfrenta este sábado a una de las asambleas más complicadas de cuantas se recuerdan en la agrupación local socialista, toda vez que la militancia examinará la gestión de un último semestre en el que se han producido dimisiones en la ejecutiva, se han abierto expedientes disciplinarios, puesto en cuestión las cuentas del periodo de Pilar Sánchez y, para colmo, tanto la exalcaldesa como el actual portavoz del grupo municipal, Francisco Lebrero, han sido imputados por la presunta comisión de varios delitos en el denominado caso PTA.
Ante este panorama, fuentes socialistas dan por hecha que la asamblea será “movidita”, sobre todo porque los militantes tienen derecho a intervenir libremente una vez la secretaria general haya defendido su balance gestión.
En primer lugar, en el curso de la asamblea deberá arrojarse luz sobre si van a cubrirse o no las nueve vacantes que se produjeron en la ejecutiva con motivo de la dimisión de un sector contrario a la gestión de Alconchel, algo que ayer no estaba claro que fuera a ocurrir. Se da por hecho que tanto Juventudes Socialistas como Izquierda Socialista van a pedir las dimisiones de Pilar Sánchez y Francisco Lebrero, porque ya lo han hecho públicamente.
En el primer caso, se recuerda que la exalcaldesa ocupa un puesto de responsabilidad en la Administración autonómica reservado a un funcionario, no siendo cargo político ni orgánico. En el segundo, parece claro que será Lebrero quien tenga la última palabra sobre su futuro político, ya que el acta de concejal no es propiedad del partido. La asamblea no puede cesarle como portavoz del grupo municipal, pero sí invitarle de algún modo a hacerlo.
El propio Lebrero podría sacar conclusiones al respecto en función del devenir del debate y, sobre todo, del apoyo que encuentre entre la militancia. Al asunto de las cuentas no se le otorga mayor importancia, toda vez que es un asunto que se considera ya aclarado.
