El Santísimo Sacramento del Altar recorrió ayer las calles del centro histórico en lo que no fue sino una prolongación de la eucaristía que el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, había oficiado momentos antes en la Santa Iglesia Catedral.
Los actos programados para celebrar la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo comenzaron a las siete de la tarde con una solemne eucaristía que abarrotó el primer templo diocesano. Apenas un par de minutos después de las ocho se ponía en la calle el cortejo de la procesión del Corpus Christi, sustentado fundamentalmente de la presencia de las representaciones de las hermandades y cofradías de la ciudad, así como de las agrupaciones parroquiales
La principal novedad de la procesión vino dada por la modificación introducida en el itinerario, que esta vez prescindió de la calle Larga para acortar por Algarve. De este modo, el cortejo buscó la plaza del Arenal por Manuel María González y Monti, continuando posteriormente por Lancería, la ya referida Algarve, Conde Cañete del Pinar, Angostillo, plaza de la Asunción y José Luis Díez.
Los jóvenes de las hermandades se encargaron un año más de engalanar un tramo del itinerario confeccionando coloristas alfombras de sal, arena y virutas de madera, que en esta ocasión se dispusieron en las calles Lancería, Algarve y la plaza de la Asunción, fundamentalmente.
Varias fueron las hermandades que colocaron altares. La Hermandad de la Sagrada Cena trasladó a Santa María de la Paz en sus Misterios Gloriosos a la plaza del Arenal; mientras que la Hermandad del Cristo de la Expiración hizo lo propio con San Telmo, que fue colocado en la zona del Gallo Azul. Muy cerca de allí también colocó un vistoso altar la Asociación María Auxiliadora de Pedro Alonso-Montealto. La Hermandad de Loreto, por su parte, levantó altar ante la logia del Cabildo Viejo; y ante San Dionisio no faltó la presencia de San Bartolomé.
El colegio La Salle-Mundo Nuevo también quiso estar presente en esta relación de altares al celebrar su 125 aniversario, colocando a su titular, el Sagrado Corazón de Jesús, en la plaza de la Yerba.
Cerró el prolongado cortejo una representación de las congregaciones religiosas establecidas en la ciudad. Detrás de la carroza que porta la Custodia, monseñor Mazuelos y la representación de la Corporación municipal, encabezada por la alcaldesa, María José García-Pelayo. La Banda Municipal de Música de Jerez, que dirige Luis Román Cárdenas, puso el broche de oro a la comitiva, con una acertada actuación que incluyó la interpretación de marchas procesionales como El Corpus, de Braulio Uralde; Valle de Sevilla, de José de la Vega; o El Cristo de la Expiración, de Germán Álvarez Beigbeder, entre otras.
