Los jerezanos que este último fin de semana se hayan ido de copas a cualquiera de los locales de la céntrica Plaza Vargas han podido leer cualquiera de las pancartas que los vecinos han colocado en sus terrazas reclamando su derecho al descanso ante los problemas de ruido que vienen denunciando por la movida. En ellas se alternan claros mensajes reivindicativos dirigidos a todos los agentes implicados en este conflicto. Desde el Ayuntamiento, hasta a los negocios y los propios ciudadanos. “Estamos hartos, queremos descansar”; “Hay un Ayuntamiento. Haz cumplir las ordenanzas”, reza en sus balcones. Se trata de la primera acción propiamente reivindicativa, más allá de las denuncias individuales cursadas ante Urbanismo en estos años. Ahora, sin embargo, tienen claro que la unión hace la fuerza, y tras integrarse en la Asociación de Vecinos del Centro Histórico están dispuestos a llegar hasta el final. Un final que, en el peor de los casos, contempla la opción de denunciar al Ayuntamiento si “por las buenas” no llegan a una solución.
¿Qué piden?Como explica una vecina afectada, no quieren que los bares cierren, como se ha dicho, sino que “se cumplan las normas” y que los clientes no salgan a la calle en el silencio de la noche con las copas para charlar fuera. “No queremos que cierren. Cuantos más negocios, mejor, y más vida para el centro, pero que la gente no salga a la calle a beber”. Su malestar en concreto es con dos de los cuatro locales de la plaza. Son los más pequeños, lo que provoca que el cliente salga a la calle a fumar con copa enmano o a reunirse con sus amigo, como ha ocurrido desde siempre en esta zona.
Tras varios contactos con el Ayuntamiento, y una reunión con los bares donde se apalabró que se contrataría a porteros para impedir la salida de los clientes para beber en la calle, los residentes han optado por esta primera determinación con la que dan el primer toque de atención.
“Se nos dijo que pondrían porteros y había muy buenas intenciones, pero al final todo se queda en mentiras”, se quejan. Aseguran que la Policía acude cuando les avisan, pero en la práctica más de un agente “hace la vista gorda” cuando ve a los jóvenes bebiendo fuera. Otras veces, estos últimos se cuidan de no salir cuando está la Policía, pero vuelven a las mismas cuando los agentes se van, por lo que el problema sigue estando ahí.
“Lo que queremos es que la gente no se concentre en la plaza por la noche, que nos dan las cuatro y está la gente fuera de risas y bebiendo. Queremos calidad de vida. La solución es que cumplan la normativa, porque beber en la calle está prohibido”. Esta semana volverán a reunirse con Urbanismo para estudiar esta problemática