Las fotos de Los Beatles firmando en las botas de vino llevó, sobre todo a medios y escritores extranjeros, a dar por hecho que el grupo había viajado a una bodega jerezana durante su estancia en España; pero, ¿estuvieron los Beatles en alguna ocasión en Jerez?. “Rotundamente no”. Así lo asegura el jerezano José Manuel Peña, autor del libro ‘Los Beatles que he vivido’ y miembro de ‘La banda de Eleanor Rigby’, quien se basa, sobre todo, en la ausencia de cualquier tipo de documento gráfico o testimonio personal al respecto: “Si hubiesen estado en Jerez, y más aún, en una bodega, quién iba a perder la oportunidad de hacer alguna foto y sacarle rendimiento a la visita”, expone Peña, quien recuerda que en alguna ocasión se habló de su visita a un “cortijo de ricos” para cantar en una fiesta, pero tampoco hay constancia alguna de que eso pudiese ocurrir. Está, eso sí, la leyenda urbana de dos jóvenes músicos jerezanos que aseguran haberlos visto salir de una bodega dentro de un coche diplomático y perseguirlos a bordo de su moto durante largo trecho por las calles de Jerez, pero lo más probable es que los confundieran con otros invitados británicos y de aspecto parecido.
Qué brindis el de aquel día
El pasado jueves 2 de julio se cumplió medio siglo del único concierto ofrecido por The Beatles en Madrid. Una cita histórica de la que solamente disfrutaron unas cinco mil personas en la plaza de toros de Las Ventas, ya que los precios de las entradas -entre 75 y 450 pesetas-, el exagerado dispositivo policial y el recelo de los padres de los jóvenes de la época hacia los melenudos llegados de Liverpool redujeron las expectativas -todo lo contrario a lo ocurrido en el posterior concierto de Barcelona, al que acudieron 18.000 personas-.
Con motivo del aniversario, la editorial Milenio acaba de reeditar la obra de Javier Tarazona y Javier de Castro, Los Beatles Made in Spain, publicada en 2007, y en la que se recogen los pormenores de la famosa estancia en España de los fab four junto a un atractivo y crítico retrato de época. No es la única. En The Beatles, una filmografía musical, de Magí Crusells y Alejandro Iranzo, también se dedica un capítulo a narrar la estancia del grupo en Madrid, aunque con alteraciones cronológicas, ya que en una página (220) ubican la recepción en la tarde del día 2 y en otra (269) en la del día 1, que fue cuando en realidad tuvo lugar la misma.
Los Beatles aterrizaron en el aeropuerto de Barajas poco después del mediodía y a partir de ahí iniciaron su recorrido hasta el hotel Fénix, donde les esperan un centenar de fans, curiosos, fotógrafos, muchos policías -de cara al concierto se recuerda que había “más grises que público” en las inmediaciones de la plaza- y varias sorpresas, entre ellas una recepción con exclusivo sello jerezano: una cata de vinos de Jerez.
La idea fue del entonces alcalde de Jerez, Miguel Primo de Rivera, y de Beltrán Domecq, consejero delegado de Williams Humbert, que se desplazaron a la capital con varias botas de vino que expusieron en forma de andanas en uno de los salones del hotel a imagen y semejanza de la propia bodega, y el acto estuvo organizado por el Sherry Institute de España.
Sin apenas tiempo para descansar en sus respectivas habitaciones, los cuatro beatles, John, Paul, George y Ringo bajaron a ofrecer una rueda de prensa y, a contunuación, participar en la citada recepción. Posaron delante de las botas de vino -cuatro de ellas estaban reservadas para que estamparan su firma a título individual- y les sirvieron los correspondientes catavinos para que brindaran con vino de Jerez por su primera estancia en nuestro país.
El encargado de hacerlo fue el reconocido venenciador Julio Delgado, que demostró su habilidad y profesionaldad con la venencia hasta llamar la atención de Lennon, que se ofreció a probar delante de las cámaras. De hecho, el alcalde hizo entrega a cada beatle de una venencia de plata y ébano con los nombres de cada miembro serigrafiados. Asimismo, procedió a imponerles una insignia representativa de Jerez; en este caso, un pequeño catavino de oro.
Tras firmar en los toneles, se fotografiaron junto a las hermanas Hurtado (Teresa y Fernanda), que habían acudido ataviadas de flamencas y junto a las que un animado Paul trató de imitar algunos de sus movimientos.
El director de cine Francesc Betriú, que junto al cineasta Pedro Costa siguió a los Beatles cámara en mano durante toda su estancia en Madrid, fue el encargado de registrar para la posteridad las imágenes y recordaba expresamente en La Vanguardia el acto organizado por el Sherry Institute: “Miguel Primo de Rivera fue el encargado de realizar el discurso oficial. Todavía recuerdo los comentarios divertidos y sarcásticos de John Lennon, que estaba sentado a mi lado ante el ridículo panegírico del alcalde, donde mezclaba su reciente nombramiento como caballeros del Imperio Británico con loas a la figura de Franco”.
El discurso, por cierto, fue pronunciado en inglés, y en las imágenes se aprecia en los rostros de los cuatro integrantes del grupo “que estaban cansados y aburridos”, según exponen Crusells e Iranzo en su libro, en el que también apuntan a que Paul se llevó la mano al estómago después de probar su copa de vino, “como si fuese demasiado fuerte para su gusto”.
Con discurso o sin él, el objetivo estaba cumplido y obedecía a la necesidad de aprovechar la repercusión mediática internacional del grupo para promocionar los caldos de Jerez fuera de España, y en especial de cara al mercado británico.
Las cuatro botas firmadas se encuentran actualmente, una vez restauradas, en las bodegas de Williams Humbert, aunque dos de ellas, las de Paul y Ringo, estuvieron expuestas durante muchos años en el Salón Don Guido, como recuerda el jerezano José Manuel Peña, acreditado investigador del universo beatle. De hecho, allí mismo, en 1990, dirigió un programa de radio de diez horas de duración para Radio Jerez en torno al grupo.