Con desniveles, arenilla y piedras como consecuencia de las grietas del cemento, sin farolas y hasta con menos escalones. Así lleva más de un año la Plaza de la Solera de la barriada de Las Torres a consecuencia de la entrada y salida de los vehículos y camiones de la obra de desdoble de la antigua Nacional IV en este punto. Lo que no imaginaban los vecinos, porque sino aseguran que “nos hubiéramos puesto en huelga delante de los camiones” es que una vez que terminaron los trabajos en mayo de 2015, nadie iba a echar cuenta de un espacio que hasta antes de que comenzaran las obras era lugar de reunión entre los residentes de estos tres bloques de viviendas y los más pequeños.
En su defecto, como denuncian el presidente de la Asociación de Vecinos Bellos Horizontes, Francisco Jiménez, debido a los desniveles y el estado que presenta esta plaza y la falta de luz, las caídas de personas mayores, la población predominante en este popular barrio jerezano se suceden, sin contar con el estado impracticable de la zona en caso de lluvia.
Lo que más indigna a los vecinos es que en el propio Ayuntamiento están enterados de este problema y “se pasan la pelota de unos a otros”. “El anterior delegado de Urbanismo, Agustín Muñoz,se comprometió a arreglarlo todo cuando terminaran las obras, porque siempre se nos dijo que después de los trabajos la plaza se quedaba igual que había estado antes. No sabemos si hubiera cumplido con su palabra porque luego salió del Gobierno, pero la actual alcaldesa vino en precampaña y volvió a venir luego como alcaldesa en febrero y se llevó las manos a la cabeza: nos dijo que en dos o tres días mandaba a una cuadrilla”, señala el presidente de los vecinos. Esa cuadrilla todavía a día de hoy no ha llegado, pese a las visitas del delegado de Infraestructuras, José Antonio Díaz y los técnicos municipales. “ Les hemos mandado ya cinco cartas al Ayuntamiento y en Infraestructuras dicen que es Urbanismo a quien corresponde el arreglo de esta plaza, y en Urbanismo dicen que es de la empresa que hizo las obras. Nosotros lo que decimos es una cosa, arregladlo y después pegaros, pero que no nos dejen esto así”, se queja el representante de los vecinos, mientras otros residentes que pasan por la zona le dan la razón. “No es justo como nos han dejado esto”, decía otra señora.
Lo peor de todo, es que les consta que la reparación “les va a costar dos duros”, apunta Jiménez para referirse a los 500 euros que supondría traer a dos camiones cargados de hormigón para adecentar el suelo y volver a colocar la farola. La prueba más evidente de la “dejadez” municipal es que hasta hace pocos meses han convivido con las vallas amarillas de la obra y los escombros.
Cansados de que no les hagan caso y de haber agotado los cauces reglamentarios para dirigirse al Ayuntamiento, donde también registraron en febrero casi un centenar de firmas de los vecinos de los bloques , han decidido denunciarlo públicamente y no descartan emprender protestas y plantarse en el paso de peatones de la Nacional IV en las dos direcciones para impedir el paso de vehículos.
Sin caracolá por no poder pagar 800 euros de licencias y seguros
El problema de la Plaza de la Solera no es el único que tienen los vecinos de Las Torres, pero sí el que más le urge solucionar. De hecho, solo en lo que va de año n remitido 80 cartas solo para esta barriada, puesto que Bellos Horizontes también representa a El Carmen, La Coronación, Serrana 1 y 2 e Icovesa. No corren tiempos fáciles para el movimiento vecinal en general. En su caso, tienen pendientes de pago una subvención de poco más de 700 euros. Dicen que con el cambio de Gobierno ahora el PSOE dice que no hay dinero, pero si no tuvieran bastante con eso, ahora se han visto obligados a suspender su caracolá -por primera vez en 15 años- del próximo sábado por no poder asumir los 800 euros que entre permisos, memorias técnicas y modificaciones y tasas les pide el Ayuntamiento por ocupar la vía pública. Ya tuvieron una experiencia similar cuando un mes y medio después de celebrar el 28 de febrero les llegó una carta de los técnicos “con nocturnidad y alevosía” reclamándoles el pago de las tasas de 105 euros. “En la carta nos dicen que como técnicos de Urbanismo si pasara algo ellos serían responsables e irían a la cárcel”. No son los primeros en dar las quejas por estas exigencias. Otras asociaciones ya criticaron los excesivos requisitos para celebrar zambombas.