La Zaranda pondrá en escena en el Teatro Villamarta el próximo viernes día 10 de noviembre (20.30 horas) ‘Ahora todo es noche’, su último espectáculo donde la compañía jerezana exhibe su particular universo teatral ideado como “una metáfora” de sus 40 años de existencia.
Tres mendigos buscan un lugar donde dormir, un cobijo para los temporales de la vida. Y advierten, dentro de su miseria, que es malo no saber dónde ir, pero que peor es no saber dónde se está. Ésta viene a ser como la primera declaración de intenciones de una obra donde, de alguna manera, la historia de esos vagabundos es la autobiografía de La Zaranda 40 años después de su fundación.
“Hemos intentado que el montaje sea una metáfora de nuestra trayectoria. Hay un poco de todo, aunque la intención es que fuera algo más desnudo porque con la edad obsesiona ir a lo esencial”, señala Eusebio Calonge, el autor de cabecera de la compañía. En cualquier caso, Calonge vuelve a asombrar con un texto lleno de verdad y poesía, con esas frases estremecedoras, llenas de hondura y entrelazadas con las típicas letanías casi absurdas de los personajes. Unos personajes que interpretan Paco de La Zaranda -que también hace las veces de director-, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos.
En 'Ahora todo es noche' la poesía y el ritual se pone al servicio de los perdedores, de los desplazados y de los sin techo. Para ello, La Zaranda ha transitado por su propia historia durante cuatro décadas, por la dura actualidad y por las calles donde residen los que lo han perdido todo. Así las cosas, los personajes clásicos del teatro a los que les arrebataron sus reinos -Segismundo, Prometeo y el rey Lear- aparecen sobre el escenario convertidos en tres mendigos. “En nuestra profesión siempre bordeamos esas situaciones. Si desde fuera lo que se ve son muchos premios y el mundo del famoseo, lo que se oculta detrás es una precariedad absoluta”, señala Paco de La Zaranda.
En esta parábola de la existencia -donde nadie está seguro y cualquiera puede acabar en la miseria- los intérpretes aseguran en escena que “en ganar no está la gloria, sino en morir batallando”. En otros momentos de 'Ahora todo es noche' los actores se quitan la 'máscara' y hablan con la voz de La Zaranda. Es aquí cuando confiesan al público las cosas que les han ocurrido en estos cuarenta años años de trayectoria artística como compañía teatral. Además de la envidia, el desengaño, las heridas y las cicatrices, no falta el sarcasmo y la crítica feroz contra el poder.
Según el autor, la obra continúa siendo fiel al “compromiso poético insobornable” que caracteriza la estética teatral de La Zaranda. En este caso, buscando el objetivo de “nuevas formas de hablarle al alma de cada hombre”, añade el dramaturgo.
Pese a lo pesimista del título, los miembros de esta compañía reivindican el valor del teatro en 'Ahora todo es noche'. “Dentro de la cueva de platón que es el mundo, nosotros mantenemos esa llama, ese espíritu de La Zaranda intacto”. Y ese atisbo de esperanza también aparece en sus trabajos porque “el espíritu humano es capaz de vencer todas las atrocidades y horrores a los que le somete el mundo”.