Estamos a sesenta kilómetros del centro urbano de Jerez, respirando del pulmón mismo del Parque Natural de los Alcornocales, casi en pleno corazón de este privilegiado paraje. Y, por supuesto, seguimos en Jerez, en los dominios de los Montes de Propio. Antes hemos atravesado La Barca y San José del Valle, hemos superado el puente que da acceso a Algar sobre las aguas del embalse de Guadalcacín y dejado a nuestra derecha el manantial de Tempul. A poca distancia está el acceso al Embalse de los Hurones, pero el paisaje que se abre ante nuestros ojos no deja de ser Jerez, aunque algunos de ustedes no lo sepan y puede que muchos más ni siquiera lo conozcan. En realidad, merece la pena.
Justo casi a la entrada principal de la finca sobresale, como si se tratara de un superviviente, aislado de los demás, prominente, un robusto alcornoque que los asiduos del lugar han elevado a la categoría de símbolo. Calculan que puede tener en torno a 300 años. No cuesta deleitarse ante su estilizada estampa, cargada de vejez y de tiempo. Quienes se cruzan con él a diario lo admiran con la preciada sabiduría que implica pasar la vida en el campo. Uno de los responsables de la finca que nos acompaña monte adentro por carriles imposibles, y a veces hasta inverosímiles, lo sabe, pero también cuánta belleza se ha ido consumiendo en el transcurso de los últimos cuarenta años a causa de la sequía.
Junto a él, otras veinte personas se encargan a diario de mantener en perfecto estado unas instalaciones municipales gestionadas a través de la sociedad municipal Ememsa. En total, 7.051 hectáreas que, además de su gran riqueza natural y medioambiental, se mantienen gracias a la saca anual de corcho, a sus 300 cabezas de ganado, en su mayoría vacas retintas, a la actividad cinegética, la agricultura y, por supuesto, el turismo rural.
“En apenas un par de años hemos conseguido que Ememsa sea una empresa sostenible desde todos los puntos de vista”, resalta el delegado municipal de Medio Ambiente, José Antonio Díaz, convencido de las posibilidades de futuro de los Montes de Propio. “Durante mucho tiempo ha sido un espacio clausurado a la ciudadanía. Ahora ya tenemos rutas abiertas al público y vamos a potenciar su uso público, que la gente pueda venir a conocer este paraje, ya que estoy seguro de que la mayoría de la gente de Jerez no sabe que la ciudad cuenta con este patrimonio natural, que es otra de las joyas de la corona del municipio”.
Obviamente, se trata de un aperturismo con cautela, huyendo de la masificación, ya que, como él mismo reconoce, “la principal actividad de la finca es la explotación del corcho”. La saca del pasado verano concluyó con un total de 583.000 kilos, casi 13.000 quintales, que han reportado unos ingresos en torno a los 800.000 euros, lo que equivale a casi el 75% del presupuesto anual de Emesa.
“Hemos logrado equilibrar las cuentas de la sociedad. Hay que recordar que hasta hace cuatro años, el Ayuntamiento debía aportar a su presupuesto del orden de 400.000 euros. Para 2017 habíamos previsto 138.000, y finalmente sólo hemos tenido que aportar 68.000 euros”, especifica Díaz, quien confía en que explotando nuevos recursos, a través de la venta de curruca, piñas y leña, se puedan incrementar los ingresos anuales, como ya se hace con la venta de miel producida en las mismas instalaciones.
El resto de ingresos importantes proceden de la actividad cinegética durante la temporada de cacerías -unas diez al año-. De hecho, hace unos días se celebró la novena montería del año, que reportó unos 20.000 euros de ingresos de las tasas abonadas por los participantes -hay 35 puestos- y de la venta de la carne de las piezas obtenidas en la batida, que fueron 78 en total en esta ocasión, entre gamos y ciervos, principalmente, aunque también se ha obtenido algún zorro, mientras que el corzo tiene otro periodo hábil de caza.
La finca cuenta con su propio salón cinegético, donde se dan cita los cazadores y donde se encuentran colgados muchos de los trofeos obtenidos con el paso de los años.
La ganadería y la agricultura -la siembra de avena, principalmente, destinada al pasto del ganado y a la venta al exterior- soportan otra parte de los ingresos para Ememsa, además, por supuesto, de la nueva apuesta por el turismo rural.
Los Montes de Propio de Jerez cuentan con casi 90 kilómetros de senderos, repartidos en nueve itinerarios diferentes, de los que actualmente solo cinco de ellos se encuentran abiertos al público. Como explica Ana Timermans, directora de Ememsa y del Zoobotánico, “estamos a la espera de la colocación de la señalización para abrir el resto al público, ya que actualmente sólo se puedan realizar con un guía”. Para poder realizar los otros cinco hay que reservar con 48 horas de antelación, a través de la web municipal, ya que, aunque la visita es gratuita, debe realizarse bajo el control de los guardas del parque “para que nadie se extravíe, y dentro de las zonas delimitadas”.
Como ratifica Timermans, el éxito de los senderos va en aumento a medida que pasan los años, ya que se viene multiplicando por dos el número de senderistas, que ya en 2017 rondaron los cuatro mil.
Al éxito de este atractivo, queda por incorporar el de los alojamientos turísticos, de los que en la actualidad sólo se cuenta con uno a disposición del público, el Cortijo Rojitán, situado junto al desvío de acceso al embalse de los Hurones.
“Hay otras cinco casas forestales en el interior de los Montes de Propio que vamos a habilitar para convertirlas en alojamientos turísticos, ya que hay que ponerlas en valor para los que jerezanos y cualquier ciudadano pueda venir a disfrutarlas”, señala José Antonio Díaz. Cuatro de ellas han sido antiguas casas de los guardas de la finca, la quinta es la casa forestal por excelencia, que hasta hace unos años tenía un exclusivo uso protocolario por parte del Ayuntamiento y que el Gobierno local quiere ofertar dentro de muy poco como alojamiento turístico de alto standing, ya que dispone de todo tipo de lujos, así como de una ubicación extraordinaria, con terrazas, excelentes vistas y hasta una alberca.
En cualquier caso, el turismo rural es solo una vertiente más dentro de las posibilidades de los Montes de Propio. “Es la finca que más empleo genera en los Alcornocales y quien acude y conoce su funcionamiento la califica de ejemplar”, presume Díaz.
Ana Timermans, por su parte, destaca asimismo el valor natural de todo el paraje, que va “desde la fauna micro, todo lo que son insectos y reptiles, hasta los ciervos, gamos, corzos... Hay una enorme riqueza natural y hay que conservarla”. De hecho, están a punto de poder confirmar el descubrimiento de una nueva especie de caracol, que ahora mismo está bajo la supervisión de científicos del CSIF. “Cuantos vienen por aquí para sus estudios se entusiasman con la riqueza dentro del parque, y nos ayudan asimismo para proteger a muchas de las especies que se encuentran dentro del hábitat”.
Díaz celebra que la “tentativa” que tuvo en su día el Ayuntamiento de privatizar la gestión de los Montes de Propio no se llevara a efecto. “Hemos demostrado que incluso puede llegar a dar beneficios” y confía en seguir por ese camino, gracias asimismo al “prestigio” del que goza la finca, “y eso hay que potenciarlo”.
De vuelta a casa aguardan otros 60 kilómetros. Atrás, no obstante, dejamos lo que sigue siendo pasado y futuro del patrimonio de Jerez.
El atractivo de disfrutar de un alojamiento en los Montes
Los Montes de Propio poseen hasta seis casas forestales, de las que actualmente solo una de ellas se encuentra al servicio del público. Las otras necesitan de una serie de reformas para lograr la acreditación oficial y poder tener uso turístico. La ofertada es el Cortijo Rojitán, que puede alquilarse, en temporada alta, por 300 euros la noche, aunque con la obligación de contratar dos noches -en temporada baja los precios son más económicos-. Puede parecer un precio elevado, pero hay que tener en cuenta que pueden alojarse en el mismo hasta 20 personas. La casa cuenta con cocina, dos salones, tres baños, cinco dormitorios dobles y un dormitorio con literas y camas simples, así como dos patios y una terraza trasera, sin olvidar el paisaje que se abre a los pies de la casa, con acceso al camino que lleva hasta el Embalse de los Hurones. El Cortijo puede alquilarse a través de la web municipal y en la sección de Ememsa.