Una nueva muerte a causa de la violencia de género sacude a la sociedad algecireña, con la particularidad de que, en esta ocasión, el fallecido es el propio agresor, y todo apunta a que se ha convertido en víctima por su propia mano.
Hacia las 6.20 horas de la mañana de ayer lunes se desencadenaban los hechos que dieron lugar a la tragedia. A esa hora se produjo una llamada a la Policía Nacional alertando de la irrupción de un individuo en el octavo piso del bloque número tres de la plaza de la Inmaculada.
Sobre él pesaban dos órdenes de alejamiento contra una de las inquilinas de ese piso, su ex pareja de 37 años S.A.Z., de igual nacionalidad que su agresor, un hecho que fue comentado por los que realizaron la llamada de auxilio, y al que pudo tener acceso este diario.
Mientras en el interior del piso se desarrollaba una intensa discusión, dos patrullas pertenecientes a la Policía de Barrio de la Policía Local se introducían en el bloque de viviendas para detener al presunto acosador después de ser requeridas para el servicio por parte del cuerpo nacional.
Operación policial
Un grupo de agentes subió por la escalera y otro por el ascensor hasta el piso, donde les abrió la mujer, y les indicó que su ex pareja estaba encerrado en el dormitorio. Antes de que pudiesen acceder al cuarto, R.I.O. se había precipitado ya al vacío desde el octavo piso. Murió en el acto, provocando el estupor de todos los vecinos.
En ese momento, el papel jugado por los agentes del cuerpo municipal desplazados al lugar fue la de avisar a los servicios de emergencia del 112, que avisó a su vez al servicio sanitario del 061 y la Policía Nacional. Asimismo, tuvieron que tranquilizar a la víctima, presa de un ataque de ansiedad.
Cuando llegaron los servicios sanitarios a la Plaza de la Inmaculada, sólo pudieron certificar el fallecimiento del maltratador. Rápidamente, las fuerzas y cuerpos de seguridad precintaron toda la zona.
La mujer tuvo que ser trasladada de inmediato al Hospital Punta de Europa a causa del estado de nerviosismo en que se encontraba después de producirse los hechos, según informaron fuentes policiales.
Tras el levantamiento del cadáver, se procedió a la limpieza de la acera, que había quedado cubierta con un gran charco de sangre. No obstante, horas después del suceso todavía eran bien visibles las consecuencias de la caída de la víctima. Tras conducir los servicios sanitarios a la mujer al centro hospitalario, la Policía Nacional fue tomando declaración uno por uno a los otros cuatro residentes de la vivienda, tres bolivianos y un peruano, según ha podido saber este diario.
Según fuentes consultadas por este diario, el fallecido podía encontrarse en situación irregular en el país, y se habría tramitado contra él una orden de expulsión del territorio nacional.
De lo que no cabe duda es de que el súbdito boliviano se precipitó al vacío nada más percatarse de la presencia en el edificio de agentes del cuerpo policial y de que iban a por él.
Rapidez y eficacia
La presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas Victoria Kent, dio cuenta de la “rapidez” y “eficacia” demostrada por los agentes de las policías Local y Nacional al reaccionar ante la emergencia producida por un caso de violencia de género.
García Revilla hizo estas declaraciones en referencia a que “al parecer” el fallecido se arrojó al vacío al oír las sirenas de los coches patrulla. La presidenta de Victoria Kent agregó que había transcurrido “muy poco tiempo” entre la llamada a las fuerzas y las cuerpos de seguridad del Estado y la presencia policial.García Revilla concluyó su argumentación afirmando que “aunque hay que lamentar una muerte, es la prueba de que las denuncias funcionan”.
A todo ello añadió que “cuando la mujer denuncia”, hay medios y la mayoría de víctimas mortales son las que no denunciaron o retiraron las denuncias.
El Servicio de Atención a las Víctimas de Violencia de Andalucía (SAVA), gestionado en Algeciras por la Asociación de Mujeres Progresistas Victoria Kent, llevaba aproximadamente un año asesorando jurídica y psicológicamente a la ex pareja del maltratador. Sobre éste pesaban dos órdenes de alejamiento y una denuncia.
Dos de ellas habían sido tramitadas, según pudo saber este diario, por el Juzgado de lo Penal número uno de Algeciras, en junio y octubre de este año; mientras que una tercera que al parecer se le puso en Arcos de la Frontera originó hubo una tercera denuncia en Arcos de la Frontera. R.I.O incumplió estas órdenes el día de su muerte cuando acudió al domicilio compartido por su ex pareja y otros cuatro residentes.
Aún se desconocen de manera oficial las razones que dieron lugar a que el súbdito boliviano se precipitase al vacío. No obstante, el hecho de que según las fuentes consultadas se encontrase en situación supuestamente irregular refleja que podía tener miedo a ser detenido y deportado a su país de origen.
García Revilla indicaba que habían intentado, ayer, ponerse en contacto con la afectada para ofrecerle su apoyo, pero que había resultado imposible. “Hay que recordar que, a pesar de que se tratase de un maltratador, aún quedan sentimientos por esta persona, por lo que ha sido un trago muy duro”, indicó la presidenta de Victoria Kent.
En cualquier caso, desde el colectivo tendieron la mano a esta mujer, como ya lo hicieron durante todo este último año con ella y otras afectadas, y animaron a otras mujeres a dar el paso y denunciar a sus agresores.