La actualización del Plan de Movilidad Urbana Sostenible apuesta por el desarrollo de una ciudad “de proximidad”, un modelo “de barrios” que preserve a estos territorios del tráfico y en el que toda la “prioridad” sea para los propios vecinos y el comercio más cercano.
Las líneas principales de esa revisión del Plan de Movilidad fueron defendidas este lunes por el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Infraestructuras y Medio Ambiente, José Antonio Díaz; y el delegado municipal de Movilidad y Seguridad, Rubén Pérez Carvajal.
Se parte de la base de que Jerez mantiene a día de hoy “un modelo isótropo” en el que “todos los vehículos pasan por todos los sitios”, lo que propicia “tráficos de paso oportunistas que alteran la tranquilidad de los barrios”.
Precisamente por ese motivo el primer reto que afrontará este plan es la configuración de una “jerarquía viaria clara” que permita “sacar fuera de los barrios todas las vías de alta velocidad”.
De este modo se daría paso a “una ciudad de barrios” y “unidades vecinales” en las que “la prioridad absoluta” recaería sobre los propios vecinos y los comercios de proximidad, según defendió Rubén Pérez.
Este modelo reservaría el uso del vehículo particular en el interior de los barrios a los propios vecinos, si bien habría que buscar el modo de llevar a la práctica esta intención.
Sí se da por hecho que en el plano urbanístico el modelo de plataforma única que se está desarrollando ya en el centro de la ciudad se exportará de manera progresiva a las barriadas, lo que entre otras cosas permitiría eliminar barreras arquitectónicas y mejorar los niveles de accesibilidad de estos territorios.
Una ciudad de 10 minutos
La actualización de este Plan de Movilidad bebe de las fuentes de otras iniciativas que se vienen poniendo en práctica ya en un buen número de ciudades europeas y españolas.
Uno de los objetivos que se persigue es que los vecinos encuentren a una distancia no superior a diez minutos todo aquello que necesitan.
En el marco de esa estrategia cobra especial importancia el transporte público, que según Rubén Pérez “tiene que conectar los grandes orígenes con los grandes destinos, además de contemplar un segundo nivel de reparto para dar cobertura a zonas de menor densidad, interior de los barrios o destinos secundarios”.
También cobra especial relevancia la red de carriles bici. En este sentido el primer objetivo que se persigue es completar los recorridos ya existentes, para a partir de ahí desarrollar nuevos itinerarios.
La actualización del Plan de Movilidad Urbana Sostenible trata en cualquier caso de cumplir los objetivos de la Agenda 2030, lo que supone que estas iniciativas tienen un margen de tiempo suficiente para empezar a ponerse en marcha.
Cuatro líneas básicas de acción
El plan se sustenta sobre cuatro estrategias: creación de zonas de bajas emisiones, configuración de corredores peatonales, completar la red de carril bici y crear una red de corredores donde el autobús urbano tenga prioridad sobre el resto de vehículos.
Reestructuración de los itinerarios
La nueva configuración de los itinerarios del transporte urbano partirá de la base de los corredores de preferencia para el autobús. Se pretende facilitar el intercambio con otros modos de transporte y que las paradas no estén separadas más de 250 metros.
