El informe de diagnóstico incluido en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible presentado recientemente por el Ayuntamiento advierte de la excesiva dependencia que los jerezanos tienen del vehículo privado.
Así, de los 667.480 viajes contabilizados diariamente en el interior del municipio, el 61,5 por ciento se realiza en medios motorizados y de ellos sólo el 5,3 por ciento utiliza modos públicos.
Eso significa que el 56,2 por ciento del total de desplazamientos se sirve de vehículos privados, mientras que la movilidad peatonal apenas supone un 38,5 por ciento.
El déficit que presenta Jerez en cuanto a movilidad peatonal y utilización de vehículos públicos se pone de manifiesto cuando sus datos son comparados con los de la ciudad de Cádiz.
En este caso, los desplazamientos en medios motorizados privados suponen únicamente el 23,8 por ciento del total, mientras que la utilización de los medios de transporte públicos representan el 14,9 por ciento.
A todo ello debe añadirse que el 61,3 por ciento de los desplazamientos se realizan a pie.
En el estudio se toman en consideración los datos del resto de municipios de la Bahía de Cádiz.
La media de todos ellos tampoco deja en demasiado buen lugar a la ciudad de Jerez, toda vez que el uso del vehículo privado supone el 48,5 por ciento del total, el transporte público absorbe el 7,2 por ciento de la movilidad y el 44,2 por ciento de los desplazamientos se realizan a pie.
El Plan de Movilidad trata de acercar a Jerez a esa media, poniendo remedio al déficit que existe en cuanto a utilización del transporte público o los desplazamientos a pie.
“Escenario dramático”
El diagnóstico de la situación actual habla bien a las claras de un “escenario dramático” donde se antoja imprescindible que el transporte público incorpore nuevos usuarios, transformando para ello los hábitos adquiridos con el modelo actual.
En este sentido se advierte de que si bien la red de transporte público urbano de Jerez consta de 18 líneas, que suman una longitud total de 280 kilómetros, no es menos cierto que existe un “alto nivel” de solapamiento de las líneas, hasta el punto de que “casi el 40 por ciento de los tramos de la red tienen recorridos comunes”, dándose el caso de que en el 24 por ciento del total de la red “coinciden más de tres líneas”.
Este “evidente desequilibrio” es el resultado de “una acumulación de circunstancias” y de que hasta ahora no se hayan implementado “medidas correctoras contundentes”.
También se reconoce la existencia de una “tendencia natural a recuperar el uso del automóvil privado como un medio seguro” ante “posibles contagios” de Covid-19, algo que “en cierto modo va a estar relacionado con la tendencia previsible de menos contacto social” que quede como legado de este periodo de pandemia.
Según el informe, el sistema de transporte público urbano de Jerez se caracteriza por “unas líneas con recorridos demasiado largos y complicados”, siendo necesario “reordenar el sistema hacia unas líneas rápidas y directas”.
De igual modo, se advierte de una “alta densidad de paradas, unas bajas frecuencias y un bajo número de expediciones diarias, con una excesiva duración de los viajes”. Ello es consecuencia de tratar de responder a “demandas puerta a puerta”, lo que convierte al servicio en “poco eficaz y eficiente”.
