La edil se mostró “contenta” ya que “me pasé personalmente por el mercadillo y, salvo algunos vendedores, por regla general la mayoría se mostró muy contenta por el cambio”. Eso sí, Espejo reconoció que “se produjeron los equívocos propios de un traslado”, si bien “son subsanables”, por lo que “les he pedido paciencia en las nuevas ubicaciones”.
Respecto a la presencia de varios comerciantes en el albero, la concejal señaló que “los vendedores sabían que algunos deberían caer sobre la tierra ya que no quisieron renunciar al número de metros. No se puede querer todo sin renunciar a nada. Bastaría con adjudicar seis por tres metros a cada uno, que es lo que se paga, en vez de seis por seis”.
En cualquier caso, Espejo recalcó que “hoy (por ayer) me han llamado a la delegación vendedores que estaban contentos para dar las gracias. Sólo se ha dado respuesta a una reivindicación que ellos mismos habían planteado”.
Ajustes
Desde el Consistorio se aclara que “el mercadillo se debe quedar así, aunque se puedan producir ciertos ajustes. Por ejemplo, se da el caso de comerciantes con mercancías que con el sol se pueden perder y que habrá que trasladar”.
Además, Espejo reiteró que la distribución se ha llevado a cabo con el “criterio más justo posible. Estamos hablando de 300 comerciantes. El cambio se fue haciendo conforme llegaban”.
En cuanto a la posibilidad de presentar un mercadillo con una calle única, la edil señaló que “un circuito cerrado continuado no es posible. Por seguridad no se van a cerrar las calles ya que se tiene que garantizar el acceso de ambulancias y de la seguridad”.
Finalmente, Espejo subrayó que “se está trabajando con rapidez para dar facilidades en una época como ésta, en la que aumentan las ventas. Incluso se pintaron durante el fin de semana las marcas para agilizarlo todo. Sólo pedimos un poco de paciencia para terminar de ajustar el cambio”.