Esta crisis sanitaria mundial también está golpeando aspectos de la vida cotidiana con especial incidencia en los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad, ancianos, enfermos crónicos y familias con recursos limitados (cuando no escasos o insuficientes) para cubrir las necesidades más básicas.
Aunque es una hermandad muy modesta cuyos recursos se consumen en un porcentaje altísimo en las obras asistenciales que acomete (principalmente el comedor social), han decidido desde el principio aportar su grano de arena en esta gigantesca batalla que estamos seguros de que ganaremos.
Como primera iniciativa ha puesto en marcha un grupo de voluntarios encargados de hacer las compras de alimentación, ir a la farmacia o cualquier otro recado imprescindible, para que los mayores y los grupos de riesgo eviten salir a la calle, que está funcionando con absoluta diligencia y todas las peticiones que no son pocas, se resuelven rápidamente.
Han dado un paso más, y gracias a que en ese grupo hay voluntarios que por su cualificación profesional (psicólogos y titulados similares) han establecido una red asistencial telefónica para llamar a los que están solos, porque a través de una charla telefónica se hacen más llevaderas las horas de soledad encerrados en casa.
Para los más pequeños han puesto a su disposición de forma online láminas para que puedan colorearlas y así, también ayudar un poco en la necesidad de entretenerlos. Además están preparando nuevas actividades a distancia como lecturas diarias de un libro, abrir tutoriales para consultas relacionadas con sus estudios y más…
Los efectos de la actual situación han tenido un efecto inmediato en su comedor, en una semana han pasado de atender unas cien personas a doscientas. Los alimentos se entregan en envases no retornables, y esto supone además un incremento del gasto mayor de lo normal; así mismo, necesitan útiles de cocina (cuchillos, sartenes, cacerolas...) y productos de limpieza y desinfección doblemente importante en este momento.
Aun así, el gran corazón de esta pequeña hermandad seguirá luchando porque tiene bien claro que su primer objetivo es la ayuda al más desfavorecido, y la fuerza de la fe es inagotable.