Eduardo tiene muy claro que a sus 84 años no va a abrir un restaurante y que,
tras una vida dedicada al trabajo, a lo que se dedica ahora es a disfrutar. Su carisma y su c
anal de YouTube, ‘¡El Abuelo Youtuber!’, lo empujaron a ser
uno de los 12 concursantes de la segunda edición de ‘MasterChef Abuelos’, que emitió La 1 este lunes.
El malagueño ha hecho de todo:
trabajó como chófer en el Hotel Tritón de Benalmádena, fue mecánico, taxista y hasta albañil. “Estuve 43 años trabajando como chófer en el hotel. No me despidieron ni nada, no sé si sería bueno o malo”, explicó en una conversación telefónica a Viva Málaga este martes tras la emisión del programa en el que se alzó como vencedora Almudena, la abuela de Getxo, con 87 años. “En el ejército aprendí mecánica, entonces en el hotel también trabajaba preparando motores, embragues, le arreglaba el Seat 600 al director... Echaba 24 horas en un taxi de un compañero para vivir mejor. He hecho de todo”, afirma entre risas.
"Es fantástico"
Aunque
iba para la edición clásica del programa de cocina, reconoce que a su mujer no le “sentó muy bien”, por lo que contactaron con él para este programa homenaje a los mayores.
“Es una experiencia que jamás podré olvidar en el tiempo que me queda y cuando ya no esté, mi familia lo seguirá viendo. Es fantástico y me he hartado de reír viéndolo”, dice.
Eduardo, que
tiene nueve nietos, estuvo
acompañado por una de ellos, Claudia, quien también se encarga de sus redes sociales. Reconoce que
el tema de la cocina lo llevan en casa entre su mujer, que es una cocinera más tradicional, y él,
pero a la hora de los grandes eventos familiares, él es quien se pone el delantal. “Les encantan las migas, la fideuá, y el el arroz en paella. En los cumpleaños de los nietos he hecho migas y arroz”, dice
Pero no solo de migas, arroz y fideuá vive Eduardo. En su
canal de YouTube, que ya tiene 2.450 suscriptores, enseña cómo hacer porra antequerana, chorizo al infierno o Tarta Alaska, además de
presumir de distintos lugares de Málaga, como Pedregalejo, las luces de Navidad de calle Larios o el Parque de la Batería de Torremolinos. “
Me gusta lo que hago. Me sirve para distraerme, entro y contesto a los que me comentan. La gente dice que se aburre de jubilados, pero a mí me faltan horas en el día”, afirma.
Del programa destaca a Pepe Rodríguez, “muy buena persona”, y las técnicas que ha aprendido, pero reconoce que “se complican mucho la vida”.
Se queda con los amigos que ha hecho y la experiencia vivida. Una sola cosa le queda por hacer a este chef veterano: el arroz negro. Mientras prueba a ver cómo le sale este plato, espera con ganas volver a sus clases de baile a Torremolinos, localidad en la que fue bautizado porque “el cura cobraba menos que en el Arroyo de la Miel”. Recetas y anécdotas tiene para rato.