Tras casi 15 años sin albergar la Copa América en España, Barcelona se impone
a la candidatura de Málaga para ser el epicentro mundial de este deporte naútico. El conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, ha confirmado que Barcelona es la sede elegida para acoger en 2024 la edición 37 de la
Copa América de Vela, a la que optaba Málaga y también las ciudades de Cork (Irlanda) y Jeddah (Arabia Saudí). La decisión se hará oficial en los próximos días, con el 31 de marzo como fecha límite.
Este evento deportivo cuenta con audiencias de más de
200 millones de espectadores, lo que hubiera supuesto un
gran impacto económico a Málaga, como lo fue para Valencia cuando la organizó en 2007 y 2010. Según un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas en 2007, este campeonato supuso un impacto de 2.724 millones de euros y generó más de 73.000 puestos de trabajo.
Así, Málaga queda apartada de ser la capital mundial de la vela, algo que le hubiera costado una gran inversión en infraestructuras y gastos del equipo organizador: unos 75 millones de euros repartidos en los tres años que restan para la competición, a lo que habría que sumarle la inversión de entre 20 o 30 millones para preparar el dique de Levante del puerto, que no está preparado para albergar un evento así.
El alcalde de Málaga,
Francisco de la Torre, apuntó el pasado viernes que había
una cifra “significativa” de avales económicos para organizar la Copa América, y que desde la organización del evento valoraron la candidatura malagueña muy positivamente. Se estima que los equipos puedan comenzar a navegar en seis meses, a partir de septiembre, y que estén en la sede doce meses antes de la disputa de la Copa América, que arranca en junio de 2024, aunque las fechas pueden ir desde el 1 de mayo al 31 de octubre.
En la elección de Barcelona, "una gran apuesta por la ciudad y el país”, ha defendido Torrent, tiene mucho que ver la
colaboración público-privada, ya que en la preparación de la candidatura ha intervenido directamente la Generalitat de Cataluña, la Diputación provincial, e Puerto, la Fira de Barcelona y la asociación privada Barcelona Global, compuesta por 220 de las principales empresas, centros de investigación, emprendedores, universidades e instituciones culturales de la Ciudad Condal.
La ciudad catalana partía con la ventaja de su experiencia en grandes eventos deportivos, pues ya sabe lo que es organizar una competición de gran impacto mundial como fueron los
Juegos Olímpicos de 1992, y la ventaja operativa de tener ya construidos los muelles para las nuevas terminales de cruceros, que solo tendría que adaptarse a los veleros.