El Unicaja se enfrenta este viernes en el Palacio Martín Carpena al
Heroes Den Bosch neerlandés (20:30 horas) en una de las semifinales de la fase previa de la Liga de Campeones FIBA, donde tendrá que ganar para estar en la final del domingo y en la misma cancha para optar a jugar esta competición continental en la presente temporada. Todo en juego en un inicio de temporada que no permite errores.
El equipo malagueño afronta a las primeras de cambio un partido definitivo, pues
perder significaría quedarse este curso sin la participación en un torneo europeo, en este caso la llamada 'Basketball Champions League' (BCL), en la que ya participó la pasada campaña.
Enfrente estará un equipo sin mucho nombre en el baloncesto europeo, aunque heredero de aquel equipo que fue finalista de la Recopa de Europa en 1979 y subcampeón intercontinental en 1982. El vigente campeón de Países Bajos, competición liguera que dominan con diecisiete títulos en su palmarés, ganó con suficiencia este miércoles en el pabellón malagueño ante el KK Siauliai lituano, al que superó por 85-73.
Los más destacados del partido fueron el base australiano
Emmett Naar, mejor jugador con 17 puntos, 7 asistencias y 24 de valoración; el pívot neerlandés
Thomas Van der Mars (12 puntos, 11 rebotes) y el ala-pívot letón
Verners Kohs (17 puntos y 14 de valoración).
El Unicaja llega como favorito a este compromiso con una plantilla casi completamente renovada, ya que solo Alberto Díaz, Darío Brizuela y Jonathan Barreiro continúan en un equipo con nueve fichajes en este verano. Con incorporaciones de la talla del base
Kendrick Perry, quien ha efectuado un gran Europeo con Montenegro, los interiores
Dylan Osetkowski, Will Thomas, Augusto Lima o el tirador
Tyler Kalinoski, el equipo del técnico Ibon Navarro llega con todos disponibles, aunque con pocos entrenamientos juntos y tras una pretemporada llena de dudas y pequeños destellos.
Los últimos en incorporarse fueron los campeones del Europeo Darío Brizuela y Alberto Díaz, que han estado entre algodones por la carga física que arrastran del europeo. Aun así, serán protagonistas en pista y también cuando reciban la
ovación del público malagueño por el logro de la selección española en Alemania.
Ibon Navarro, en la previa del encuentro, apuntó que “tenemos mucho respeto, que no miedo. No los subestibamos como rival porque ellos tienen sus fortalezas y debilidades que conocenemos muy bien". Jugar en el Martín Carpena "tiene que ser una ventaja y no una presión", opina Navarro.
"Hay que centrarse en qué hacer para poder ganar, porque si estuviésemos todo el día diciendo que es un cara o cruz estaríamos poniendo un nivel de estrés importante. El partido no se va a resolver en el minuto cinco. Hay que estar sólidos para cuando llegue el momento.
A un solo encuentro puede pasar cualquier cosa". La victoria es, por tanto, una obligación.