Los petardos, las bombetas, los cohetes, los truenos de impactos, las baterías... Todos estos artículos pirotécnicos están asociados a la Navidad, y aunque en muchos casos su carga explosiva sea insignificante, ninguno de ellos está fuera de riesgo. Hay una clara división entre los que los aceptan y los cancelan por el malestar que causan y el peligro de no usarlos con precaución.
En el municipio malagueño de
Torremolinos se prohíbe el uso de pirotecnia con el objetivo de proteger a menores con trastorno de espectro autista (TEA), bebés, mayores y mascotas, que se ven afectados por el ruido provocado por este tipo de artículos.
En concreto, "el bando fija como finalidad velar por la
seguridad y la tranquilidad de niños con trastorno de espectro autista, bebés, personas mayores y animales del entorno urbano y, en general, vecinos y visitantes", han indicado desde el Consistorio a través de un comunicado.
Así, salvo autorización expresa por parte del Ayuntamiento, queda prohibido portar mechas encendidas y disparar petardos, cohetes y toda clase de artículos pirotécnicos que puedan producir ruidos o incendios. El bando advierte de las
sanciones al efecto recogidas en la ordenanza municipal del Reglamente de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería, que contemplan multas económicas y la incautación del material objeto de la infracción, la suspensión de la actividad o el cierre del establecimiento.