Lo intentó con todas sus armas el
Málaga CF, pero no pudo ser. Finalmente, es la
Real Sociedad el equipo que se
clasifica para los octavos de final de la Copa del Rey. Para ello, eso sí, tuvo que sudar tinta china.
El Málaga salió al terreno de juego
sin ninguna presión y la ilusión por cuajar una buena actuación para los más de 22.000 aficionados que se congregaron en La Rosaleda, un domingo postreyesmagos, a las 21:00 horas y con un frío que pelaba.
Para luchar por pasar de ronda, eso sí, hubo que sufrir. Y es que los de
Imanol Alguacil son un equipazo. Lo demostraron durante unos primeros 20 minutos en los que, tan solo la falta de puntería y un entonado Carlos López evitaron el 0-1.
A partir de aquí, los de
Pellicer comenzaron a ganar confianza y soltarse. Un tiro al palo de Víctor García, con posterior remate fuera de Roberto, caldeó el ambiente. A base de contención y saber jugar su partido, los malaguistas terminaron la primera mitad tuteando a uno de los equipos que mejor juega en España.
La segunda mitad, por contra, no pudo comenzar peor. Las piernas volvieron a agarrotarse por unos minutos, y esto fue suficiente para que los
vascos se pusieran por delante en el marcador.
Mikel Merino cabeceó un centro al área y
Einar Galilea tuvo la mala fortuna de desviar el balón hacia el fondo de su
propia portería.
No obstante, los locales no cejaron en su empeño y siguieron buscando la portería rival con un
fútbol más directo, provocado en parte por las entradas de
Kevin y
Larrubia en ambas bandas.
Pese a las buenas intenciones, costaba llegar con claridad. Kevin lo intentó con una volea que atrapó fácilmente
Unai Marrero. La Real buscaba la contra y a punto estuvo
Oyarzabal de poner el 0-2, que evitó
Galilea salvando el cuero sobre la línea.
Se intentó, pero no hubo modo. La afición
supo reconocer el trabajo de los suyos al final del partido con un sonoro aplauso, tras un esfuerzo titánico que se queda sin la recompensa del resultado, pero con la satisfacción saber que este es el camino.