Este lunes, 8 de abril, fue un día especial en el
Colegio de Árbitros de Málaga. El edificio, situado en la calle Antonio Jiménez Ruiz desde 1975, reunió a unos 120 árbitros que abarrotaron las dos salas de su primera planta para escuchar las palabras del
colegiado de Primera División, Mario Melero López.
Su apretada agenda le impide llevar a cabo este tipo de conversaciones de forma más asidua. Sin embargo,
no hay temporada en la que no saque algún hueco para intercambiar impresiones con la gente que milita en las categorías por las que, también él, pasó una vez.
Nadie se lo quiso perder. Desde la categoría
Nuevo Ingreso hasta Segunda Federación, todos escucharon atentamente las impresiones, consejos y anécdotas que colegiado malagueño de 44 años comentó durante la hora y media que duró esta charla.
Preguntas por doquier
No rehuyó una sola pregunta. Y eso que, por momentos, los asistentes parecían más periodistas que árbitros. En total, respondió a más de 50 cuestiones de diferente índole.
Detalló cuál es su plan de trabajo antes de afrontar el partido que le toque dirigir ese fin de semana: "A mí me llega la designación el lunes. En ese mismo momento ya comienza la preparación. Tenemos una plataforma de
scouting desde la que podemos ver todos los partidos de todos los equipos. A partir de ahí, tanto mi equipo como yo
extraemos toda la información que consideramos útil para intentar que nada nos pille por sorpresa una vez comenzado el partido".
"Ya en el hotel, el
mismo día de partido, mantenemos una charla de unos 15-20 minutos en la que remarcamos varios conceptos que debemos tener en cuenta. Además, todos los árbitros de la categoría asistimos los viernes a unos seminarios en los que vemos jugadas de todo tipo para poner ideas en común", agregó al respecto.
Una trayectoria al alcance de muy pocos
Melero López, que actualmente está
cumpliendo su décima temporada en la élite del fútbol español, también dejó claro que el camino a seguir es largo y sacrificado, pero también muy gratificante: "Antes de llegar a Primera pasé seis años en Segunda B y otros seis en Segunda División (además de pasar por todas las categorías inferiores)".
El grueso de las preguntas se centró en
situaciones concretas que cualquier trencilla de cualquier categoría puede experimentar. Sin embargo, también hubo tiempo para repasar anécdotas de su trayectoria como profesional.
"
Uno de los partidos más complicados que recuerdo fue un Getafe-Atlético de Madrid en la temporada de mi debut en Primera División", reconoce. Afortunadamente, nunca ha tenido que lamentar ninguna agresión, aunque sí aseguró que estuvo "cerca" en dos ocasiones.
La figura del árbitro ha evolucionado considerablemente estos años, con el fin de lograr la excelencia. Por ello, a día de hoy mantienen un
contrato de exclusividad que les permite dedicarse en cuerpo y alma a su labor.
¿Y en cuanto a las clásicas
manías del mundillo? Pues resulta que los árbitros también tienen las suyas. "Antes de comenzar un partido me gusta tocar los largueros de la portería, así como besar una fotografía que tengo de mis padres y otra de mis dos hijos justo antes de salir al campo", afirma.
La
presión a la que está sometido un colegiado en estas dimensiones es enorme, por eso Mario prefiere "
no hacer mucho caso a lo que dicen los medios de comunicación antes de un partido". Y es que no desviar la atención de lo verdaderamente importante es la mejor fórmula para alcanzar el éxito.
Su trayectoria también le ha llevado a
Europa. Ha actuado como cuarto árbitro,
VAR y AVAR en varios partidos de competiciones continentales, tales como la
Champions League. Precisamente, esta figura de
Video Assistant Referee, y la profesionalización que está experimentando con el paso de los años, es algo que le está llamando la atención, hasta el punto de dedicarse a ello una vez cuelgue el silbato.
El evento concluyó con Melero López
repartiendo regalos entre los asistentes: un juego de tarjetas con su nombre personalizado para cada uno, así como varios obsequios de clubes a los que ha dirigido. Pero, sobre todo, tocó a su fin con una reflexión que va más allá del propio arbitraje: "
Disfrutar el camino, los inicios y vivir cada momento de la forma más especial posible".