El porcentaje de los ingresos del hogar necesario para acceder a una vivienda creció hasta el 22,6% en el caso de la compra y hasta el 34,5% en el caso del alquiler durante el último año, pero es el dato medio nacional del primer trimestre, porque la realidad de Málaga y su provincia es bien distinta y deja dígitos muy superiores, según un informe elaborado por Idealista.
Así, el esfuerzo familiar inversor a la hora de encarar la adquisición de un inmueble se sitúa ya en Málaga capital en el 34%, frente al 27% de hace un año y, si de lo que se trata es de pagar por un arrendamiento, aquí nos encontramos con cifras del 40%, con un crecimiento del siete por ciento también con respecto al 33% de hace un año.
En el caso de la provincia, el esfuerzo familiar para alquilar era del 47% en marzo de 2023, y en el de este año se ha elevado hasta un 52%; para la compra de una vivienda se sitúa a nivel provincial en el 42%, muy por encima del 37% también de hace un año.
La provincia de Málaga es la que exige un mayor esfuerzo para alquilar una vivienda a los locales, ya que alcanza el 52% de los ingresos familiares. Le siguen Baleares (46%), Barcelona (40%), Las Palmas (36%), Madrid (35%), Alicante, Valencia, Guipúzcoa y Santa Cruz de Tenerife (34% en las 4 provincias). Teruel (17%), Palencia y Ciudad Real (18% en ambas provincias) son las 3 en las que se exige un menor esfuerzo.
Una vez más, Málaga se sitúa como la ciudad más cara de Andalucía para invertir en buscar un residencia familiar propia o de alquiler, porque muy por detrás se sitúa por ejemplo Sevilla, donde el esfuerzo en el caso de compra es del 22% y ha subido solo un punto con respecto a hace un año; en el caso del alquiler en la capital hispalense, las familias deben destinar un 29% de sus ingresos al pago del mismo, un dígito que se mantiene igual al de hace un año.
Para el resto de capitales, los porcentajes son del 25% (+1) si hablamos del alquiler en Almería y del 16 (+1); para comprar; en Cádiz capital, es del 26% (-1) para el alquiler, y del 24% (+1), para la compra; los dígitos de Córdoba son de un esfuerzo familiar inversor del 23% (+3) para el alquiler y del 16% (=) para la compra; en Granda, es respectivamente del 26% (+1) y del 28% (+5); Huelva, en el caso del alquiler tiene un porcentaje del 23%, que es igual al de hace un año, para el alquiler, y del 13% (=) para la compra; Jaén baja del 19 a al 17% en el caso del arrendamiento, y sube del nueve por ciento de hace un año al 11% actual para la adquisición de vivienda.
El citado informe del portal inmobiliario se señala que a nivel nacional, en el caso de la compra de vivienda, la tasa de esfuerzo ha crecido desde el 19,7% hasta el 22,6% en el último año, mientras que el de alquiler ha pasado de 30,1% a 34,5%. También, que junto a Málaga, otras siete capitales exigen más del 30% de los ingresos familiares para el pago del alquiler; se trata de Alicante (34%), Barcelona (43%), Donostia (32%), Las Palmas de Gran Canarias (31%), Madrid (38%), Palma de Mallorca (la única que supera a Málaga con un 41%) y Valencia (38%).
En el caso de las que están por encima del umbral del 30% para la compra ya son cuatro más junto con la capital malagueña, las que superan ese umbral en venta: se trata de Barcelona (33%), Donostia (38%), Madrid (33%) y Palma de Mallorca (44%).
Málaga es la ciudad en la que el esfuerzo para alquilar ha crecido más, ya que se ha incrementado en siete puntos; le sigue Segovia (6 puntos), Valencia (5 puntos), Madrid (5 puntos), Palma (4 puntos), Girona, Las Palmas de Gran Canaria y Barcelona (3 puntos en las 3 ciudades). En 5 capitales el esfuerzo para alquilar es menor que hace un año, se trata de Jaén, con una bajada de 2 puntos, Pamplona, Huesca, Logroño y Cádiz (-1 punto en todas ellas).
Para los redactores del informe, “la falta de oferta y el consiguiente incremento de los precios es la causa de que el esfuerzo para alquilar haya alcanzado el máximo recomendado por los expertos con un incremento de tres puntos en el último año”. Así, consideran que “la explicación a las subidas de las tasas de esfuerzo, tanto en venta como en alquiler, se encuentra en la falta de oferta disponible. La demanda se mantiene estable o con incrementos pero cada vez debe centrar sus esfuerzos en un volumen más bajo de viviendas, lo que empuja los precios al alza y tensiona el esfuerzo que deben realizar las familias para acceder a ellas. Lamentablemente no parece que estemos cerca del final de esta escalada”.
Además, añaden que “en el caso de la compraventa, a la imposibilidad de generar un nuevo parque de viviendas a corto plazo se le une el muy posible aumento de la demanda en los próximos meses. Muchos compradores se retiraron del mercado a la espera de unas caídas de precio que no se produjeron y es muy posible que con el probable descenso de los tipos de interés se reactiven y aumenten aún más la presión sobre la escasa oferta”.