Málaga multará con hasta 130 euros a los propietarios de perros que no hayan registrado su ADN en el nuevo censo canino, que persigue acabar con el abandono y maltrato de mascotas, así como con los excrementos que adornan muchas aceras de la ciudad. Es la medida más llamativa de la nueva Ordenanza Municipal de Bienestar, Protección y Tenencia Responsable de Animales, aprobada este lunes y que se espera entre en vigor el próximo mes de abril. A partir de esta fecha, los dueños tienen 6 meses para realizar la identificación genética en clínicas veterinarias, un trámite que ronda los 35 euros, obteniendo un carné y chapa para el animal que atestigua que está identificado.
Una iniciativa que no convence a Ciudadanos que, sin embargo, ha respaldado su aprobación, en pro de alcanzar o, al menos, avanzar, en el sacrificio cero de animales, con medidas como la anunciada la pasada semana que liberará del pago de tasas al adoptar en el Centro Zoosanitario Municipal.
El nuevo marco normativo pone a Málaga a la vanguardia en las ciudades “amigas de los animales”, promoviendo además de la adopción, la esterilización para evitar camadas indeseadas y permitiendo a partir de ahora su entrada a cualquier establecimiento, salvo que éste establezca una prohibición expresa o se trate de un local de venta, almacenamiento o manipulación de alimentos. Los perros también serán aceptados a bordo de la EMT y el metro.
Además, por primera vez en Andalucía la ordenanza de Málaga reconoce al gato feral, el salvaje, con el control de colonias estables, bajo vigilancia y supervisión, a la espera de que se puedan autorizar cuando la normativa estatal y autonómica cambie.