A falta de calor social que arropara la fiesta del Corpus Christi, cada vez con menos arraigo, estuvo el calor climatológico como acompañante fiel en la procesión del Santísimo por las calles de la ciudad. La celebración siguió manteniendo su formato de separar la misa por la mañana, presidida por el obispo, y la procesión por la tarde, lo que dota de falta de conexión a la jornada eucarística. Cabe destacar, que aunque el formato de celebración y de cortejo es cada año motivo de debate, es innegable la ingente promesa que acompaña a la custodia durante su caminar.
Por otro lado, pudo observarse como la tradición de montar altares roza lo anecdótico, al ser sólo tres los montajes que recibieron a la carroza en su desfile procesional. Llamó la atención la nueva ubicación del altar instalado por la Agrupación de Cofradías, que en esta ocasión apostó los jardines de la Catedral en vez de su habitual localización de la plaza de la Constitución. Estuvo presidido por la imagen del Señor de la hermandad de la Sagrada Cena Sacramental que, al término de la procesión, fue trasladado hasta su capilla de la iglesia de los Mártires.
Igualmente, la cofradía de Humildad y Paciencia, una habitual desde hace años, optó por honrar la imagen del beato Juan Duarte, mártir natural de Yunquera. Así mismo, en el altar a cargo de la Agrupación de Congregaciones y Hermandades de Gloria de Málaga, el protagonista fue el simpecado de la hermandad del Rocío ‘La Caleta’.
Los patronos
Pero, para disfrutar de los actos religiosos destacados en este fin de semana, no hubo que esperar al domingo, ya que el sábado nos dejó la procesión de los santos patronos de Málaga, Paula y Ciriaco, que procesionaron por la tarde desde su Iglesia de los Mártires. Las imágenes estuvieron acompañadas por la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora del Carmen.