Una vez más, la Asociación de Vecinos El Bulto reivindica el respeto a la memoria del General Torrijos y sus 48 sublevados, en esta ocasión con una  petición a través de la plataforma Change.org dirigida al Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía en la que, concretamente, advierten de que “la Asociación de Vecinos de El Bulto se está movilizando para impugnar esta situación y conservar la memoria histórica de su barrio, oponiéndose a seguir construyendo sobre la sangre de los caídos por la libertad”.

“El Bulto, un barrio a escasos metros del centro histórico de Málaga, ha sido un lugar emblemático de la historia de España, tanto por los acontecimientos que allí sucedieron como por su deriva posterior a lo largo del todo el siglo XX, barrio obrero, luego marginal y otra vez acogiendo a clases trabajadoras en las últimas décadas, hasta que su céntrico enclave geográfico frente a un nuevo paseo marítimo lo ha convertido en objetivo de especulación urbanística”, explican en la mencionada petición,  en la que recuerdan, refiriéndose a la cruz construida para señalizar   el lugar de los caídos en el barrio, que “una cruz nómada camina hacia su derrota a las órdenes del imperio de la especulación urbanística en Málaga, y de nada han servido los cuidados de la gente humilde que, desde su primer emplazamiento la regaba, la limpiaba, le colocaba macetas y flores”.

Respeto a la historia

El General Torrijos y sus 48 sublevados fueron fusilados  en  Playa de San Andrés el 11 de diciembre de 1831 y sus cadáveres llevados al Cementerio de San Miguel, donde quedaron enterrados en fosas comunes. En 1842 tuvo lugar la exhumación de los cuerpos con el fin de ser trasladados a la Plaza de la Merced, bajo el obelisco conmemorativo que realizó el arquitecto Rafael Mitjana que  preside la plaza.

Tras la revolución de 1868 se comenzó a señalizar el lugar de los caídos en el barrio de El Bulto con la construcción de una cruz de hierro fundido que quedó colocada el 11 de diciembre de ese año, coincidiendo con el aniversario.

Aquí se inicia el periplo nómada de la citada cruz que, por diversos cambios en el urbanismo y los fenómenos naturales, ha ido recorriendo diferentes enclaves del barrio hasta nuestros días. La cruz nunca ha estado en el lugar exacto de los fusilamientos, sino en diferentes lugares próximos.

“Pero todo lo narrado no parece suficiente, no hay respeto ni voluntad de recuperar la memoria histórica cuando gobiernan la especulación y  el dinero . Y así, el mismo lugar donde cayeron los héroes de la libertad y la democracia, sigue siendo hoy objeto de la codicia y la banalización mercantil”, denuncian.