El equipo establecido por la Agencia Nacional de Policía (NPA) solicitó hoy órdenes para arrestar al comisario del distrito de Yongsan
El equipo que investiga la avalancha humana que dejó más de 150 muertos durante los festejos de Halloween en el barrio de Itaewon, en Seúl, solicitó hoy las primeras órdenes de detención para altos funcionarios de policía por su supuesta negligencia a la hora de prevenir y responder a la tragedia.
El equipo establecido por la Agencia Nacional de Policía (NPA) solicitó hoy órdenes para arrestar al comisario del distrito de Yongsan (al que pertenece Itaewon), Lee Im-jae, a un superintendente de la Policía Metropolitana de Seúl, Park Sung-min, a un oficial de inteligencia de la comisaría de Yongsan, Kim Jin-ho, y a un oficial de seguimiento de emergencias de Yongsan, Song Byung-joo.
Todos ellos habían sido ya apartados de sus cargos desde que el equipo de investigación especial establecido tras la tragedia comenzó a indagar en su rol antes y después de la avalancha humana.
La policía considera que Lee es sospechoso de negligencia por haber llegado 50 minutos después de que tuviera lugar la mortal avalancha y de no tomar medidas para controlar multitudes pese a las advertencias previas sobre acumulación de gente en Itaewon, barrio donde cada año acudían miles de personas a celebrar Halloween.
Se cree a su vez que Park, el funcionario de mayor rango que está siendo investigado por la tragedia, ordenó la eliminación de un informe de inteligencia interna que advertía de la posibilidad de un accidente en un barrio donde cada año se incrementaba el número de personas celebrando Halloween.
A Kim se le acusa de haber acatado la orden de Park y hacer que sus subordinados eliminasen el mencionado informe, mientras que a Song, que el día de la avalancha estaba al cargo de emergencias en Yongsan, se le atribuye no haber informado de inmediato de la situación a Lee.
La acumulación de cientos de personas durante los festejos de Hallowen en un estrecho callejón de Itaewon provocó una avalancha la noche del 29 de octubre que dejó 158 muertos, la mayoría mujeres entre los 20 y los 30 años, y una treintena de heridos graves.
Tanto el ayuntamiento del distrito de Yongsan, como sus departamentos de bomberos y policía, así como la Policía Metropolitana de Seúl están bajo investigación tras la tragedia.
Mientras, el Gobierno central, que admitió la ausencia de protocolos en el país asiático para aumentar los recursos en materia de seguridad en eventos que carecen de organizador, ha prometido presentar este mes una propuesta para reformar la ley que regula los sistemas de emergencia y respuesta policial.