La propuesta se ha encontrado con el rechazo de los sindicatos UGT y CCOO, que acusan a la compañía de incumplir el compromiso de no presentar ningún ERE hasta octubre de 2009, tras el expediente de 2006 que afectó a 785 empleados, y de pagar con los trabajadores las consecuencias de una “mala gestión empresarial”. La operadora, que presta desde hace 10 años servicios de telefonía, internet y televisión a través de su propia red de fibra óptica, explicó que el “agravamiento” de las malas perspectivas macroeconómicas le obligan a tomar esta “dolorosa medida”. A principios de 2006, ONO ya presentó otro recorte de empleo tras comprar Auna, que finalmente afectó a 785 empleados frente al planteamiento inicial de 987 personas.
El nuevo ERE forma parte de un nuevo plan de futuro de la empresa para hacer frente al “drástico empeoramiento” de la situación económica. El plan contempla una reducción de costes, para ajustarse a la menor actividad en el contexto de crisis, y medidas para incrementar la calidad del servicio y la atención a los clientes. La compañía explica que dentro de este mismo plan se acordó a finales del pasado mes de julio con el sindicato de bancos una mejora de las condiciones de la financiación por 3.600 millones de euros que cerró en junio de 2007.
ONO presentará el lunes la documentación sobre el ERE a los sindicatos y en la Dirección General de Trabajo y el miércoles 28 se celebrará la primera reunión del periodo de consultas, que durará un mes.
Desde UGT avanzaron que analizarán “al milímetro” la documentación que la empresa les entregue y tomará las acciones legales oportunas “para impedir este atropello”.