Hace unos 2.000 años, los ingenieros hidráulicos romanos ya aplicaban un programa regular de gestión y mantenimiento de los antiguos sistemas de suministro de agua.
Según una investigación de la Universidad de Oxford, publicada en Science Advances, antiguas huellas de gestión del agua potable han sido identificadas en los depósitos de cal que se acumularon en las paredes y el suelo del antiguo acueducto romano de Divona (Cahors, Francia).
La evidencia muestra que estos depósitos fueron removidos regular y parcialmente durante el mantenimiento. Revela: "El descubrimiento de rastros de mantenimiento regular en los depósitos de carbonato... como marcas de herramientas, gemelos de deformación de calcita, escombros de limpieza y reparaciones... son prueba de la eliminación manual periódica de carbonato por parte de los equipos de mantenimiento romanos".
El documento explica cómo, durante décadas, los depósitos pueden llegar a tener muchos centímetros de espesor, obstruyendo el canal del acueducto, si no se limpian. Según la investigación, esto se hacía cada uno a cinco años. Se llevó a cabo "rápidamente y nunca en verano", según lo recomendado por el autor romano Sextus Julius Frontinus (40-103 d. C.). Escribió el único tratado conocido sobre mantenimiento de acueductos cuando era supervisor (conservador) de las obras hidráulicas de la ciudad de Roma.
"Al principio, no sabíamos lo que realmente estábamos buscando... esto sucede con los descubrimientos: sorpresas buenas y malas... Sin embargo, creemos que la investigación de carbonato de cada acueducto de cada ciudad antigua tiene su propia micro-historia en la historia más grande de la vida romana, esperando ser revelada", explica en un comunicado el autor principal del estudio, el geoarqueólogo Gul Sürmelihindi.
La evidencia arqueológica sugiere que el acueducto de Divona funcionó entre principios del siglo I d.C. hasta el siglo IV o principios del V d.C. El mantenimiento regular continuó, aunque con menor frecuencia, hasta los últimos años del acueducto.
El documento afirma: "Analizamos los isótopos estables de oxígeno para determinar la variación estacional (cíclica) de la temperatura del agua en el acueducto y usamos este perfil para contar las capas, registrando 88 años de actividad del acueducto. La posición de las discordancias en este perfil de isótopos mostró que los intervalos de tiempo entre la limpieza fueron de 1 a 5 años, con una media de 2,8 años, lo que sugiere un régimen de limpieza regular.
"La forma del perfil de isótopos de oxígeno mostró que cada limpieza se realizó en poco tiempo, probablemente menos de un mes, y que esta limpieza se realizó en primavera, otoño o invierno, pero nunca en verano.
Además de arrojar luz sobre la gestión del agua practicada por los romanos, el equipo sostiene que el trabajo en el acueducto puede ayudar a revelar algo sobre la economía local y la estabilidad política. Quizás, de manera preocupante, dicen: "El mantenimiento regular puede tomarse como evidencia de una organización bien estructurada de una ciudad antigua, mientras que un mantenimiento menos regular... indica estrés socioeconómico".
La investigación sobre los acueductos de Divona y los acueductos vecinos está en curso ya que, sospechan los autores, pueden brindar información no solo sobre la vida romana en la antigüedad tardía, sino también sobre el colapso final de la sociedad en el sur de Francia debido a razones políticas y ambientales.