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Jueves 14/11/2024
 
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Un talibán mata a dos guardias civiles que formaban a policías

El capitán José María Galera Córdoba, el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, y su traductor, Ataollah Taefik Alili, un español de origen iraní que residía en España desde hace más de 30 años, perdieron la vida en la base mientras instruían a un grupo de 47 agentes afganos, momento en el que el co

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Dos guardias civiles y un intérprete españoles murieron ayer en una base militar en la provincia afgana de Badghis, víctimas de un ataque reivindicado por los talibanes.

El capitán José María Galera Córdoba, el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, y su traductor, Ataollah Taefik Alili, un español de origen iraní que residía en España desde hace más de 30 años, perdieron la vida en la base mientras instruían a un grupo de 47 agentes afganos, momento en el que el conductor de uno de ellos les disparó con un fusil de asalto, según informó en Madrid el ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El autor de los disparos, que falleció tras ser abatido por la Guardia Civil, no trabajaba para los oficiales asesinados, sino como conductor del capitán de la Policía Nacional afgana en esa ciudad. Así lo han asegurado a Efe fuentes de la investigación, que han señalado que si bien las primeras informaciones recibidas desde Afganistán apuntaban a que el hombre que disparó a los guardias civiles era el conductor habitual de uno de ellos, el capitán José María Galera Córdoba, finalmente se ha comprobado que no es así.

Antes de que el ministro diera detalles sobre lo que describió como “un atentado premeditado”de un “terrorista”, el gobernador provincial, Dilbar Jan Arman, había precisado a Efe, ante las primeras informaciones que apuntaban a que podría tratarse de un policía, que el agresor era un chófer que mantenía “contactos con los talibanes”.

“Estaba todo planeado”, afirmó Arman, que acusó a los insurgentes de haber orquestado tanto la acción armada como una manifestación posterior que tuvo lugar en las calles de la capital provincial, Qala-e-Naw.
En un comunicado en pastún colgado en su portal web, el movimiento talibán afgano se atribuyó la responsabilidad de las muertes.

“Ghulam Sakhi (el autor de los disparos) tenía contacto con nosotros desde hace dos meses, y planeamos el ataque. Han muerto cuatro soldados españoles y ocho afganos”, sostuvieron los insurgentes, que acostumbran a exagerar las bajas de las fuerzas internacionales y propias.

Al saber de la muerte de Sakhi, unas 2.000 personas se echaron a las calles de la ciudad, aunque sólo unos 200, según las autoridades españolas, llegaron hasta la base.

Las autoridades provinciales confirmaron a Efe que los manifestantes rompieron las ventanas de la oficina del gobernador, pero éste aseguró luego que la situación está “bajo control”.

Un médico del hospital de Qala-e-Naw dijo a Efe que hasta el momento han ingresado en el centro hospitalario dieciocho heridos, dos de ellos graves, por heridas de bala recibidas durante la manifestación.

“El Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) no ha sufrido daños. Sólo algunas tiendas cercanas han resultado dañadas”, amplió el gobernador Arman.

Los dos agentes fallecidos estaban integrados en una misión de adiestramiento de la OTAN para el entrenamiento y formación de la Policía afgana.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibirá hoy en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz los féretros de los dos guardias civiles y del traductor que han sido asesinados hoy en Qala e Naw, en Afganistán.

Para poder recibir a los fallecidos, Rodríguez Zapatero ha aplazado a las 17:00 horas la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que estaba previsto que presidiera a las 10:30, según fuentes del Gobierno.

Se prevé que los restos mortales de los fallecidos lleguen pasado el mediodía en un avión de la Fuerza Aérea, que despegó ayer a las 15:00 horas de la base de Torrejón, con el director general de la Policía y Guarda Civil, Francisco Javier Velázquez, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general José Julio Rodríguez.

Desde Madrid, los cadáveres de los dos miembros del instituto armado se trasladarán hasta La Rioja y en otro partirá el del traductor, con destino a Zaragoza.

Los Príncipes de Asturias enviaron telegramas de condolencia a la viuda del capitán José María Galera Córdoba y a la madre del alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo. Al igual que lo hicieran los Reyes por la mañana, Don Felipe y Doña Letizia también dirigieron telegramas a la ministra de Defensa, al ministro del Interior, al Jefe del Estado Mayor de la Defensa y al director general de la Policía y de la Guardia Civil.

En dichos telegramas envían el pésame y solicitan transmitir este sentimiento tanto a los familiares como a los mandos y compañeros de los dos guardias civiles asesinados.

El Rey fue informado sobre las circunstancias del atentado de Afganistán por el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, a quien Don Juan Carlos trasladó las condolencias y la solidaridad de la Familia Real con los familiares de los guardias asesinados.

Por su parte, el coordinador federal de IU, Cayo Lara, expresó ayer su “pesar” por el atentado y volvió a exigir al Gobierno español la retirada inmediata de las tropas españolas del país asiático. “Basta de muertes inútiles”, pidió Lara, quien reclamó que las tropas vuelvan a casa.

El líder de IU criticó en un comunicado la “sangría económica” superior a un millón de euros diarios, que supone esta misión y que “en una situación de crisis como la actual bien podría destinarse a actuaciones imprescindibles”. Lara consideró que, en Afganistán, “hoy, no hay más democracia, ni más seguridad, ni más desarrollo, ni más libertad”, sino que, por el contrario, “hay más miseria, más odio social, más violencia y más hostilidad”.

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