Ávila Laurel, uno de los más reconocidos escritores africanos en español, dijo hoy que ahora había "que empujar más que nunca" para lograr una transición política en su país, gobernando por Obiang desde su golpe de estado el 3 de agosto de 1979 contra su tío Francisco Macías.
El escritor, que dijo sentirse bien tras 48 horas en huelga de hambre, aunque "un poco flojo", explicó que entre otras llamadas había recibido la del embajador estadounidense en Malabo, Alberto M. Fernandez, quien le expresó su apoyo.
Según relató Ávila Laurel, el diplomático norteamericano le recordó que Estados Unidos es el único país que ha apoyado las revueltas populares en Túnez y Egipto, y añadió que le había dicho que "Europa debe hacer más".
El escritor y bloguero, que ha recibido numerosas llamadas de apoyo desde que emprendió su protesta, insistió en reclamar a España su participación en un proceso de transición política.
Convergencia Para la Democracia Social (CPDS), el único partido opositor en Guinea Ecuatorial que cuenta con un escaño en el Parlamento, ha mostrado su solidaridad con el escritor, por quien ha expresado "su profunda admiración al ser el primer ciudadano guineano en tener este gesto de valentía y patriotismo".
A sus 44 años, con más de una docena de libros publicados, Ávila Laurel es uno de los autores ecuatoguineanos con más presencia en las universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Italia y España y figura para la crítica literaria especializada en la literatura africana en español como uno de sus mejores exponentes.
Ávila Laurel inició su protesta tras la visita esta semana de una delegación parlamentaria española encabezada por el presidente del Congreso español, José Bono, a quien dirigió una carta abierta para pedirle que contribuyera a buscar una salida del poder de Teodoro Obiang.
Guinea Ecuatorial es hoy el cuarto productor de crudo del continente africano, según el último informe anual del Departamento de Estado norteamericano, que recuerda que Estados Unidos es el primer inversor directo en el país.
El informe describe como "constructivas" las relaciones bilaterales, pese a señalar las "lagunas" en el respeto de la oposición política y los derechos humanos del régimen de Obiang, denunciadas con reiteración por organizaciones internacionales como Human Right Watch o Amnistía Internacional.