La Cámara Baja fue el escenario en el que se han cruzado estos mensajes los portavoces parlamentarios de ambos grupos dos días después de que los populares lograran una clara victoria en las urnas en las elecciones municipales y autonómicas.
El desafío inicial ha partido de la representante del PP, Soraya Sánez de Santamaría, quien instó a Zapatero a demostrar con una cuestión de confianza que, tras la cita electoral del 22-M, tiene los apoyos necesarios para seguir gobernando.
"Dado que no tiene la confianza ciudadana, sería el momento para que el PSOE muestre si tiene los apoyo para seguir gobernando con estabilidad", recalcó.
La contestación socialista llegó poco después en boca de José Antonio Alonso, quien rechazó la petición del PP y, a su vez, le ha lanzado un reto: "Si quiere acabar con el Gobierno, que presente una moción de censura".
"A ver quién en la Cámara -aparte de los diputados del PP- va a votar a Rajoy", se preguntó Alonso, quien aseguró que los socialistas cuentan con el apoyo parlamentario suficiente como para seguir con la tarea parlamentaria pendiente y para que haya estabilidad en el Congreso.
Una moción de censura puede ser propuesta por la décima parte de los diputados y obliga a presentar un candidato alternativo a la Presidencia del Gobierno, mientras que la cuestión de confianza es planteada por el propio Ejecutivo sobre su programa o sobre una declaración de política general.
En nombre del PNV, que hasta ahora ha apoyado al Gobierno, su presidente, Íñigo Urkullu, subrayó que su partido no tiene alianzas que le comprometan a mantener al Ejecutivo de Zapatero, por lo que le instó a reflexionar sobre cómo va a terminar la legislatura.
Por su parte, Izquierda Unida e ICV se mostró a favor de agotar la legislatura si eso sirve para girar a la izquierda.
Mientras el intercambio de propuestas y opiniones se sucedía en el Congreso, en Comunidades y municipios en los que serán necesarios pactos para formar gobierno han empezado los movimientos.
Incluso los hay en alguna región donde se daban por hecho los acuerdos, como Extremadura, donde Izquierda Unida se muestra ahora más ambigua.