El balance de víctimas por el motín que se desató el pasado viernes en la cárcel de Uribana, ubicada en el estado de Lara, en el noroeste de Venezuela, es de 58 fallecidos y 46 heridos, según ha informado este domingo la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela.
En una rueda de prensa, ha explicado que el número de muertos se debe a las personas que perdieron la vida durante el motín y poco después, a causa de las heridas sufridas. Varela ha revelado que ella misma encontró un cadáver calcinado durante el registro del centro penitenciario.
En cuanto al número de heridos, ha explicado que todos están en centros sanitarios "recibiendo el tratamiento médico adecuado", aunque no ha detallado en qué estado de salud se encuentran.
Además, ha anunciado que ya han desalojado la prisión, especificando a qué cárcel han sido trasladados cada uno de los reclusos de Uribana, tanto de la sección masculina como de la sección femenina, según ha informado la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
"¡Concluye el desalojo de los privados de libertad de la cárcel de Uribana!, ¡Ahora a la reconstrucción!", ha escrito Varela en su cuenta oficial en la red social Twitter.
El motín se desató alrededor de las 7.30 horas del pasado viernes (14.00 horas en España), cuando efectivos militares accedieron al centro penitenciario para realizar el primer registro oficial desde 2009. Los reos se enfrentaron a los uniformados, llegándose a escuchar disparos y explosiones de granadas.
Una vez controlada la situación, Varela atribuyó los altercados a "personas malintencionadas" que añaden "elementos de terror a la crisis penitenciaria", así como a "grupos minoritarios" que ansiaban controlar la cárcel de Uribana. Además, arremetió contra los usuarios de las redes sociales por informar puntualmente de la tragedia.
Por su parte, el líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora--, Henrique Capriles, ha acusado al Gobierno de dar lugar a "una de las peores masacres de la historia de las cárceles venezolanas".
No es la primera vez que Venezuela vive una crisis penitenciaria. El peor episodio se vivió en junio de 2011, cuando presos de la cárcel El Rodeo, ubicada a 30 kilómetros de Caracas, se amotinaron durante un mes, dando lugar al despliegue de las fuerzas de seguridad. Según el Gobierno, murieron 20 presos, aunque los familiares de los reclusos aseguran que la cifra supera el centenar.
Desde las propias cárceles y desde organizaciones defensoras de los Derechos Humanos se ha denunciado insistentemente el hacinamiento en las prisiones venezolanas. Tras la crisis de El Rodeo, el Gobierno se comprometió a solucionar el problema, pero aún no lo ha hecho.