El Ejército Libre Sirio (ELS), que aglutina a gran parte de los grupos que combaten contra las fuerzas de seguridad, ha confirmado este viernes haber recibido armamento "que podría cambiar el curso de la batalla".
"Hemos recibido hace dos días el primer cargamento de armas tras los compromisos de varios países, especialmente Estados Unidos", ha dicho el portavoz del grupo, Louay al Moqdad, en declaraciones concedidas a la cadena de televisión emiratí Al Arabiya.
Así, ha indicado que "la fuente de estas armas son algunos países hermanos y otros que se comprometieron a ello", si bien no ha especificado cuáles han sido. Al Moqdad ha anunciado que el plan para armar a los rebeldes será desvelado el domingo durante la reunión del Grupo de Amigos de Siria que se celebrará en Doha.
"Es cuestión de días que recibamos más armas, según se nos ha prometido. El apoyo militar seguirá fluyendo mientras este armamento sea utilizado de forma disciplinada", ha remachado el portavoz del ELS.
Esta confirmación de la entrega de armas a los rebeldes ha llegado apenas una semana después de que el Gobierno de Estados Unidos confirmara que el Gobierno de Siria ha cruzado la 'línea roja' al recurrir en varias ocasiones a las armas químicas contra la población, y anunciara que procedería a suministrar armamento a los grupos opositores armados.
También la semana pasada, el comandante general del ELS, Salim Idriss, aseguró que los rebeldes podrían derrotar al Ejército sirio en seis meses si Occidente les suministra baterías antiaéreas y antitanque, e instaura una zona de exclusión aérea.
"Si hubiéramos tenido el entrenamiento (...) y tuviéramos las armas y munición suficientes, creo que sería cuestión de tiempo, de unos seis meses más o menos, que cayera el régimen", subrayó Idriss, en declaraciones realizadas a Reuters.
Más de 93.000 personas han muerto en el país a causa de los combates y la represión desde que comenzaran los levantamientos contra el Gobierno de Bashar al Assad en marzo de 2011.
La situación humanitaria en Siria continúa agravándose, al tiempo que la ola de refugiados que cruzan las fronteras sirias se intensifica. Más de 1,6 millones de sirios permanecen en los campos levantados en Líbano, Jordania, Turquía e Irak.