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Jueves 14/11/2024
 
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El desmantelamiento de las instalaciones de armas químicas empezará "pronto"

El portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Martin Nesirky, ha informado de que los inspectores de la ONU y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) han completado su primer día de trabajo sobre el terreno

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Naciones Unidas ha anunciado este miércoles que los expertos internacionales que se encuentran en Siria para encargarse de su desarme químico comenzarán "pronto" a desmantelar las instalaciones donde el régimen de Bashar al Assad guarda este arsenal.

   El portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Martin Nesirky, ha informado de que los inspectores de la ONU y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) han completado su primer día de trabajo sobre el terreno.

   "El equipo avanzado ha empezado asegurando los sitios donde los expertos de la ONU y de la OPCW tendrán que trabajar, especialmente los que se encuentran en las zonas periféricas", ha dicho, en una rueda de prensa celebrada en Nueva York.

   Interrogado por la prensa sobre cuándo comenzará el desmantelamiento de las instalaciones donde Al Assad guarda sus armas químicas, ha asegurado que "pronto" porque "es una de sus tareas más inmediatas", pero ha rehusado dar una fecha concreta.

   Los expertos internacionales llegaron a Siria el pasado martes para cumplir el mandato del Consejo de Seguridad expresado en la resolución que aprobó el pasado viernes por unanimidad, superando así el bloqueo que ha sufrido durante los dos años y medio de guerra civil.

   Un convoy de unos 20 vehículos con los expertos, el material necesario para llevar a cabo este trabajo y personal de seguridad, cruzó la frontera desde Líbano poco después de las 13.30 horas para destruir el arsenal químico sirio. Se espera que el proceso concluya en 2014.

RESOLUCIÓN DE LA ONU

   Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaron por unanimidad la resolución acordada un día antes por sus cinco miembros permanentes --Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China-- para el desarme químico.

   La resolución impone a "todas las partes", aunque sobre todo al régimen de Al Assad, la obligación de cooperar con la OPCW para inventariar, trasladar y destruir los arsenales sirios.

   Además, prohíbe a Gobierno y oposición "usar, desarrollar, producir, adquirir, almacenar, retener o transferir a actores no estatales armas químicas", argumentando que "cualquiera de estas actividades supondría una amenaza para la paz y la seguridad internacionales".

   En caso de incumplimiento, el Consejo de Seguridad ha ordenado imponer las medidas contempladas en el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas", que incluye sanciones diplomáticas y financieras y, en última instancia, el uso de la fuerza.

ACUERDO BILATERAL

   La resolución del Consejo de Seguridad parte del acuerdo alcanzado el pasado 14 de septiembre por Estados Unidos y Rusia, según el cual Siria debe informar detalladamente de su arsenal químico para que la comunidad internacional lo verifique y destruya.

   El presidente sirio se ha comprometido a hacer un listado, entregar y destruir sus armas químicas, aunque ha advertido de que se trata de una "operación muy compleja" que llevará un año y costará unos 1.000 millones de dólares.

   El acuerdo entre Washington y Moscú consiguió frenar temporalmente una intervención militar en Siria para responder al uso de armas químicas, que parecía inminente. No obstante, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha subrayado que aún contempla esta opción, si la vía diplomática fracasa.

INFORME DE LA ONU

   Un grupo de expertos de Naciones Unidas liderados por el sueco  Ake Sellstrom llegó a Siria a finales del pasado mes de agosto para investigar el supuesto uso de armas químicas en la guerra civil, después de que el Gobierno diera su visto bueno tras meses de negativa.

   Aunque las denuncias sobre el supuesto uso de armas químicas comenzaron en marzo, el engranaje de la política internacional se activó a causa del ataque perpetrado el pasado 21 de agosto con gas sarín sobre los suburbios del este de Damasco, que dejó miles de muertos y heridos.

   En su informe los inspectores de la ONU confirman el uso a "gran escala" de gas sarín en Siria, basándose en los síntomas de las víctimas --pérdida del conocimiento, irritación de los ojos, vómitos, asfixia y convulsiones-- y en las muestras de pelo, sangre y orina.

   Además, aunque no detallan la autoría, porque ese no era su cometido, especifican que el gas sarín fue lanzado desde cohetes tierra-tierra aprovechando unas condiciones meteorológicas ventajosas, de acuerdo con "pruebas claras y convincentes".

   Desde que comenzó la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, más de 110.000 personas han muerto a causa de los combates y más de seis millones de personas, incluidos un millón de niños, se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

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