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Lunes 11/11/2024
 

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Una de cada tres víctimas de la trata de personas en el mundo es un niño

Una de cada tres víctimas de trata de personas durante el periodo 2010-2012 fue un menor, una cifra un cinco por ciento superior a la registrada en el periodo 2007-2010, según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas

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Una de cada tres víctimas de trata de personas durante el periodo 2010-2012 fue un menor, una cifra un cinco por ciento superior a la registrada en el periodo 2007-2010, según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas publicado este lunes por la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC).

   Sin embargo, el porcentaje de niños del total de víctimas de la trata de personas varía notablemente en función de las regiones. En África y Oriente Próximo los menores suponen el 62 por ciento de las víctimas, mientras que en América, Asia y Europa rondan, de media, el 29 por ciento.

   El colectivo más afectado, en función del sexo, siguen siendo las mujeres. Dos de cada tres víctimas menores de edad son niñas y, en su conjunto, las mujeres suponen el 70 por ciento de las víctimas de todo el mundo. Mientras que, entre 2004 y 2011, el número de mujeres que sufren la trata de personas se ha reducido de un 74 por ciento a un 49 por ciento del porcentaje total de víctimas, el número de niñas ha pasado de ser un 10 por ciento a un 21 por ciento.

A NIVEL MUNDIAL

   El informe también destaca que el delito de trata de personas afecta a prácticamente todos los países de todas las regiones del mundo. Durante el periodo 2010-2012 se identificaron víctimas de 152 nacionales diferentes en 124 países de todo el mundo. La UNODC ha identificado, al menos, 510 corrientes que atraviesan todo el mundo.

   "Desgraciadamente, el informe muestra que no hay ningún lugar del mundo donde niños, mujeres y hombres estén libres del tráfico de personas", ha afirmado el director ejecutivo de UNODC, Yury Fedotov, señalando el problema de la diferencia entre los datos oficiales y los reales. "Los datos oficiales comunicados por las autoridades sólo constituyen la parte visible del fenómeno. Está muy claro que las cifras reales son más elevadas", ha añadido.

   La mayoría de las corrientes de trata son intrarregionales y el destino de la víctima se suele encontrar en la misma región; con frecuencia también en una única subregión. Más de seis de cada diez víctimas son trasladadas cruzando, al menos, una frontera nacional.

   Además, la mayoría de corrientes se detectan principalmente en los países ricos de Oriente Próximo, Europa Occidental y Norteamérica; y las víctimas provienen, principalmente, de Asia Oriental y Meridional y África subsahariana.

FINES

   Por otra parte, aunque la trata con fines de explotación sexual sigue siendo mayoritaria, el 40 por ciento de los casos registrados en este periodo fueron objeto de trata con fines de trabajo forzoso (fabricación, limpieza, construcción, etc). También ha aumentado el número de víctimas con fines diferentes a los anteriores (por ejemplo, combate armado o mendicidad forzada).

   En este punto también es notable la diferencia entre zonas. Mientras que en Europa y Asia Central (66 por ciento) y África y Oriente Próximo (53 por ciento) el principal fin es la explotación sexual, en el resto de Asia es el trabajo forzoso (64 por ciento). En América, los porcentajes son prácticamente idéntidos en ambos tipos de trata.

DELINCUENCIA E IMPUNIDAD

   El 72 por ciento de los condenados por tráfico de personas son hombres y ciudadanos del país en el que operan. Mientras que las mujeres representan el 28 por ciento de los condenados.

   El informe también destaca el problema de la impunidad: sólo cuatro de cada diez países comunicaron que habían registrado diez o más fallos condenatorios, y casi el 15 por ciento no había registrado ninguno. Según el informe, más de 2.000 personas no están protegidas conforme al protocolo de la ONU.

   "Aunque la mayoría de los países criminalizan el tráfico de personas, muchas personas viven en países cuyas leyes no están en consonancia con los estándares internacionales, que les proporcionarían una mayor protección, como el Protocolo contra la Trata de Personas de Naciones Unidas", ha afirmado Fedotov.

   "Hay que cambiar esto. Todos los países necesitan adoptar el Protocolo y comprometerse a su plena aplicación", ha concluido.

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