El líder palestino, Mahmud Abás, firmó hoy la solicitud de adhesión al Tribunal Penal Internacional (TPI), tras fracasar la última iniciativa en el Consejo de Seguridad de la ONU que buscaba acabar con la ocupación.
Después de encajar el duro varapalo de que no prosperara la propuesta palestina en Naciones Unidas, de difícil trámite pero que presumiblemente buscaba forzar a EEUU a ejercer el veto, hoy tocaba reponerse y mostrar entereza y Abás cumplió con lo prometido.
Esta noche, después de participar en un acto por el cincuenta aniversario de la fundación del partido que lidera, Al Fatah, rubricó la solicitud de adhesión a 22 organismos internacionales, entre ellos el TPI.
Con esta medida el liderazgo palestino aspira a poder llevar ante esa corte a Israel por crímenes de guerra por acciones cometidas en los territorios ocupados.
En los últimos años, y tras el reconocimiento de la ONU de Palestina como estado observador, el dirigente palestino ha firmado la inclusión palestina en decenas de tratados y organizaciones internacionales, generalmente en respuesta a decisiones israelíes adversas.
En esta ocasión, siguiendo el patrón previsto, Abás ha asumido el reto diplomático y decidido proseguir con el reconocimiento de Palestina en instancias internacionales.
La resolución rechazada ayer por el Consejo de Seguridad llamaba a fijar un plazo límite de tres años para poner fin a la ocupación israelí de los territorios capturados en junio de 1967.
Pese a que funcionarios palestinos dijeron que contaban con el voto favorable de nueve miembros del consejo -los requeridos para la adopción de la resolución y que habría obligado a Washington a ejercer su derecho de veto-, finalmente el desenlace fue distinto.
Los pesos pesados del Consejo, China, Rusia y Francia -Israel ha llamado a consultas al embajador galo-, se cuentan entre los ocho que votaron a favor de la resolución, presentada a instancias de los países árabes, mientras EEUU y Australia lo hicieron en contra.
La gran sorpresa fue Nigeria, que se esperaba que apoyara la resolución y finalmente se abstuvo junto al Reino Unido, Ruanda, Lituania y Corea del Sur, aparentemente por fuertes presiones de Israel y Washington.
Abás aseguró hoy que Israel "avergüenza a EEUU y no al liderazgo palestino", y que Washington "está cada vez más aislado como resultado de defender las políticas israelíes y demostrar su veto en el Consejo de Seguridad para que Israel no sea castigado por sus acciones".
El Gobierno israelí considera que, con esa decisión, los palestinos se exponen igualmente a ser llevados ante esa máxima instancia judicial internacional con sede en La Haya.
"Quien tiene que temer al Tribunal Penal Internacional es la ANP, que se sienta en un Gobierno de unidad con Hamás, una organización terrorista bien conocida como el Estado Islámico por sus crímenes de guerra", señala un comunicado difundido poco después de conocerse la solicitud palestina por la Oficina del Primer Ministro israelí.
Entretanto, la calle palestina parece hacer oídos sordos a esas palabras y hoy, por primera vez en varios meses, miles de personas acudieron a la Mukata de Ramala, sede de la presidencia de la ANP para apoyar a Abás y conmemorar el aniversario, mañana, de Al Fatah.
Said Odeh, de 42 años y de la localidad de Al Bire próxima a Ramala, secundó la convocatoria para expresar su confianza en el futuro.
"Apoyamos a Abás en sus iniciativas en la ONU y esperamos que en el futuro no sean derrotadas", dijo a Efe.
Por su parte, Nisrin Mohamad, madre de un preso condenado a 18 años de prisión en Israel, coincidió en su respaldo al dirigente palestino.
"Abás lo ha intentado todo, desde esfuerzos diplomáticos, pasando por la resistencia, negociaciones (con Israel) y sigue trabajando por el pueblo palestino. Debemos apoyarle", concluyó.