Francia rindió un homenaje íntimo a las 17 víctimas de los atentados de principios de este mes de enero, en un encuentro organizado con familiares y supervivientes en el Elíseo, sede de la presidencia francesa, por François Hollande.
La reunión, celebrada a puerta cerrada poco después de las 11.30 (10.30 GMT), contó igualmente con la presencia del primer ministro, Manuel Valls, y de varios ministros.
El primer ataque tuvo lugar en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo el miércoles 7, y en él perecieron doce personas: ocho miembros de la revista, entre ellos cinco de los más grandes caricaturistas franceses, un amigo invitado a su consejo de redacción, un empleado del edificio y dos policías.
Al día siguiente, en las calles de Montrouge, al sur de París, fue abatida por un terrorista que dijo actuar en nombre de Mahoma la policía municipal en formación Clarissa Jean-Philippe, de 26 años, originaria de la isla de Sainte-Marie, en la Martinica.
No muy lejos, en la Puerta de Vincennes, el mismo asesino secuestró el 9 de enero a una quincena de clientes del supermercado "Hyper Cacher" y mató a cuatro de ellos.
Una de sus víctimas fue el estudiante tunecino de 22 años Yoav Hattab, hijo del gran rabino de Túnez, residente en París desde hacía menos de un año y que, según los medios franceses, forcejeó con el agresor.
Al igual que Yohan Cohen, de 23 años, empleado desde hacía un año en ese comercio de productos Kosher, quien habría sido una de las primeras víctimas tras intentar arrebatarle su arma.
Gran fan de música rap, nacido en la localidad próxima de París de Enghien-les-Bains, Cohen era nieto de un célebre cantante tunecino, Doukha, fallecido en diciembre.
Las otras dos víctimas fueron François-Michel Saada, jubilado de 63 años y padre de dos hijos residentes en Israel, y el ejecutivo informático Philippe Braham, de 45, hermano del rabino de la sinagoga de Pantin, al norte de París.
En el primero de los atentados que asolaron a Francia, dos hermanos que decían vengar el honor del profeta Mahoma dispararon contra cinco de los mejores dibujantes de prensa del país, como Jean Cabut, "Cabu", de 76 años, colaborador del histórico Hara-Kiri y desde su fundación, en 1970, de Charlie Hebdo.
Otro miembro del equipo desde sus primeros tiempos, Georges Wolinski, de 81 años, nacido en Túnez y muy próximo del Partido Comunista francés sin haber militado nunca en él, aunque dibujante habitual de su órgano de prensa, L'Humanité, murió junto con el director de la publicación satírica, Stéphane Charbonnier, "Charb".
Nacido en 1971 en Conflans-Sainte-Honorine, al noroeste de París, "Charb" pertenecía a la nueva generación de dibujantes del grupo, y vivía bajo protección policial desde 2011, cuando la sede del semanario fue incendiada.
Nacido en París, con 57 años, Bernard Verlhac, "Tignous", retratista social y comprometido con la causa anticapitalista, era autor de celebrados álbumes y pertenecía a una franja de edad intermedia, casi como Philippe Honoré.
Amante de la historia del arte, intelectual de estilo menos provocador aunque satírico y asiduo colaborador de Charlie Hebdo, "Honoré", nacido en 1941 en Vichy, en el centro de Francia, tampoco trabajaba exclusivamente en la publicación.
Este era el caso también de la psiquiatra y psicoanalista Elsa Cayat, de 54 años, muy apreciada por su lucidez y humanismo y al frente de la columna "Divan", con la que dos veces al mes desmenuzaba los males psicológicos de la sociedad.
El economista de 68 años Bernard Maris, gran defensor del decrecimiento que firmaba su crónica semanal como "Tío Bernard", también asistía ese día a la reunión, que tenía como invitado a un amigo de la casa, el fundador del festival del centro de Francia Rendez-Vous de Clermont-Ferrand, Michel Renaud, de 69 años.
Los terroristas dispararon mortalmente además contra el corrector Mustapha Ourrad, autodidacta de celebrada erudición, argelino que vivía en Francia desde los 20 años y que trabajaba en el semanario desde 1997.
Con ellos murió el guardaespaldas de "Charb", Frank Brinsolaro, de 49 años, padre de dos hijos; mientras que antes, a la entrada del edificio, la matanza comenzó con el asesinato de un empleado de su mantenimiento, Fréderic Boisseau, de 42 años, también padre de familia.
Ya en la calle, al inicio de su huida, los terroristas asesinaron a un segundo policía, Ahmed Merabet, de 42 años, quien se enfrentó a ellos en un tiroteo que le dejó malherido, antes de ser rematado en el suelo.