Efectivos del Ejército y la Policía de Egipto sufrieron en las últimas horas nuevos ataques en el norte de la península del Sinaí, que causaron heridas a seis militares y la muerte a tres supuestos terroristas.
En la ciudad de Al Arish, capital de la provincia del Norte del Sinaí, seis policías resultaron heridos por disparos de hombres armados, informaron hoy a Efe fuentes de seguridad.
Los agresores abrieron fuego anoche contra dos comisarías, hiriendo a los guardias apostados en las entradas, y se dieron posteriormente a la fuga.
Por otro lado, cerca de la localidad de Rafah, fronteriza con la Franja de Gaza, un grupo radical atacó un puesto de control, y en el tiroteo que se desencadenó fallecieron tres de los agresores.
Los radicales emplearon proyectiles de mortero, lanzagranadas y ametralladoras y huyeron hacia el pueblo de Al Magdia, explicó el Ejército en un comunicado.
Estos sucesos se producen tan solo tres días después de que una serie de ataques contra las fuerzas de seguridad, reivindicados por el grupo yihadista Wilayat Sina, se saldaron con la muerte de una treintena de personas.
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, ordenó ayer la creación una comandancia militar unificada para luchar contra el terrorismo en el Sinaí, encabezada por el general de división Ahmed Osama Rushdi, quien fue ascendido al rango de teniente general.
En el Sinaí actúan el Segundo Ejército y el Tercer Ejército en el norte y el sur de la península, respectivamente, y cada uno de ellos estaba dirigido por una comandancia militar independiente desde el año 1976.
El Sinaí es desde hace años un foco de inestabilidad, pero desde el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi en julio de 2013 se han multiplicado los ataques contra las fuerzas del orden.
El pasado 24 de octubre, al menos 31 soldados perdieron la vida en un ataque armado cerca de la frontera con Gaza, en la peor acción contra el Ejército en esa zona en los últimos años.
Desde entonces, las autoridades egipcias decretaron el estado de excepción en parte de la península y comenzaron la demolición de las viviendas de Rafah situadas cerca de la frontera con Gaza, tras asegurar que los atacantes se infiltraron desde los territorios palestinos a través de túneles subterráneos.