La ejecución de Kelly Renee Gissendaner, que se habría convertido en la primera mujer en aplicársele la pena de muerte en 70 años en Georgia (EE.UU.), ha sido postergada una vez más el mismo día en que estaba prevista.
Las autoridades argumentaron problemas con la inyección letal que le iban a suministrar cuatro horas después de las 7.00 pm ET (Tiempo del Este), cuando se tenía planeado ejecutarla.
La medida llega en momentos en que se esperaba por una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos sometida por la defensa de Gissendaner, que pidió al máximo tribunal tomar en consideración el hecho de que ella no fue la autora material del asesinato.
Las autoridades, que no dieron una nueva fecha, decidieron postergar la ejecución como medida de precaución porque el coctel letal aparentaba estar "turbio".
Gissendaner fue sentenciada a la pena capital por planear y conspirar la muerte de su esposo en 1997, Doug Gissendaner, junto a su amante, Gregory Bruce Owen.
Pese ha haber sido el autor material del asesinato, Owen solo fue condenado a cadena perpetua tras testificar contra Gissendaner en el juicio, sentencia que la defensa ha calificado como injusta.
Gissendaner, de 46 años y madre de tres, ha recibido el apoyo de activistas proderechos humanos y representes religiosos que han intentado por todos los medios detener la ejecución con peticiones de la defensa por clemencia ante la Junta Estatal de Libertad Condicional, acciones legales y recolecciones de firmas para pedir al gobernador de Georgia, Nathan Deal, que intercediera a su favor.
La ejecución tenía previsto llevarse a cabo en la prisión estatal de Jackson, al sureste de Atlanta, a las 7:00 pm ET, donde desde temprano se congregaron decenas de activistas para realizar una vigilia a favor de la mujer.
De acuerdo con Cathy Zappa, líder religiosa de la iglesia episcopal Catedral de San Felipe, en Atlanta, Gissendaner ha experimentado un proceso de conversión "muy profundo" desde hace algunos años, que incluso la llevaron a convertirse en una "líder espiritual" dentro de la prisión.
"Ella se ha convertido en una persona profundamente espiritual y en una cristiana, no solo de nombre, que ha traído luz a muchas otras reclusas e incluso las ha salvado del suicidio", dijo hoy a Efe Zappa, quien conoce a Gissendaner desde hace 4 años.
La religiosa indicó que pese a que Gissendaner guarda cierta esperanza de que se le conceda un perdón, también está preparada para la muerte.
"Ayer cuando la vi por última vez, me dijo: puedes decirle a la gente que estoy caminando en la luz, aunque por Dios me aferro a la esperanza", indicó Zappa.
La última mujer en ser ejecutada en el estado de Georgia fue Lena Baker, que murió electrocutada en 1945, aunque en 2005 fue oficialmente perdonada al considerarse que actuó en legítima defensa.
De acuerdo con el Centro de Información sobre la Pena Capital (DPIC), en los últimos 100 años se han ejecutado a más de cuarenta mujeres en Estados Unidos, incluidas las dieciséis ejecutadas después de 1976, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena de muerte en el país.
Hasta octubre de 2014, habían 57 mujeres en el pabellón de la muerte en todo Estados Unidos, lo que de acuerdo con DPIC representa el 1.88 % de toda la población que ha sido condenada a la pena capital.
La ejecución de Gissendaner estaba prevista en un principio para el pasado miércoles 25 de febrero, aunque fue pospuesta por el Departamento de Correcciones de Georgia (GDC) para hoy a las 7 pm ET en la prisión de Jackson luego de que el gobernador, Nathan Deal, declarara estado de emergencia por el mal tiempo.
Gissendaner había pedido a sus carceleros que como última comida le dieran dos hamburguesas con queso, una ración grande de patatas fritas, pan de maíz, mantequilla, helado de vainilla con cerezas, palomitas de maíz, ensalada con huevo duro, tomate, cebolla, queso, zanahorias y limonada.