Al menos dos personas murieron anoche en el campo de refugiados palestinos de Ain el Helu, el más grande del Líbano, tras ser tiroteados por hombres armados, con lo que asciende el número de víctimas mortales en estos choques desde el pasado sábado a ocho y el de heridos a más de 50.
La Agencia Nacional de Noticias (ANN) informó de que los fallecidos son un miembro de las fuerzas de seguridad palestinas y un mediador que trataba de instaurar un verdadero alto el fuego.
Los combates enfrentan a miembros del grupo nacionalista palestino Al Fatah y del extremista Yund el Sham.
La situación se deterioró en Ain el Helu tras el intento de asesinato el día 22 del responsable de la seguridad del campo, Abu Ashraf al Armushif.
Desde que comenzaron los choques se ha acordado un alto el fuego en varios ocasiones, que no ha sido respetado en ningún caso, lo que, a parte de las víctimas, ha continuado provocando la destrucción de casas, negocios, vehículos y las redes de agua y electricidad, además del desplazamiento de muchos de sus habitantes.
Hoy, la situación en el campamento está marcada por una calma precaria, a la espera de que se instaure un verdadero cese de las hostilidades.
Los campos de refugiados palestinos en el Líbano, en especial el de Ain el Helu, suelen ser escenarios de combates entre grupos rivales para hacerse con su control.
Solo las entradas y salidas están bajo la vigilancia del Ejército libanés, que deja en manos de los comités populares palestinos la seguridad en su interior.