Al menos 17 civiles murieron ayer, entre ellos cuatro niños y cuatro mujeres, por el disparo de proyectiles por parte de las fuerzas del régimen sirio contra un barrio en la ciudad de Homs, según el último recuento facilitado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los efectivos gubernamentales lanzaron cohetes, probablemente de tipo tierra-tierra, contra el distrito de Al Waer, el único del centro de Homs donde hay presencia de insurgentes.
Las primeras informaciones publicadas la víspera sobre este bombardeo cifraron en siete los fallecidos, aunque el Observatorio ya advirtió de que el número podía aumentar debido a las decenas de heridos.
Los rebeldes se retiraron en mayo de 2014 del casco antiguo de Homs, menos de Al Waer, en el marco de un pacto con el régimen por el que los opositores liberaron a unos setenta prisioneros en otras provincias.
En varias ocasiones, se han producido negociaciones entre los insurgentes y las autoridades sirias para acabar con las hostilidades en ese barrio y posibilitar una evacuación de los rebeldes que allí quedan, pero siempre se han visto frustradas.
En el pasado, el casco viejo de Homs estuvo cercado durante más de veinte meses por el ejército, lo que causó un importante deterioro de la situación humanitaria por la falta de comida y medicamentos.
Homs, que recibió el sobrenombre de la "capital de la revolución", tras el inicio de las protestas contra el régimen de Bachar al Asad en marzo de 2011, fue una de las poblaciones sirias más castigadas por los choques y los bombardeos antes del pacto de mayo de 2014.