La policía japonesa ha detenido hoy a un ciudadano surcoreano sospechoso de colocar una pequeña bomba que explotó en un baño del controvertido santuario tokiota de Yasukuni, y que causó daños materiales aunque no dejó ningún herido.
El incidente tuvo lugar el pasado 23 de noviembre, cuando un artefacto estalló en uno de los baños públicos del santuario, que es un foco habitual de roces diplomáticos entre Japón y los países vecinos, ya que en el recinto se rinde homenaje a los caídos en las guerras, incluidos criminales de guerra nipones.
La policía analizó restos materiales encontrados en el baño, que quedó parcialmente quemado y con un agujero de 30 centímetros, así como el metraje grabado por una cámara de seguridad, lo que le condujo a identificar al sospechoso, señalaron fuentes del caso a la cadena estatal NHK.
Se trata de un hombre de 27 años de nacionalidad surcoreana e identificado como Chon Chang Han, que había viajado a Japón dos días antes del incidente y que regresó a su país de origen el mismo 23.
El sospechoso fue detenido hoy a su llegada al aeropuerto de tokiota de Haneda y será sometido a un interrogatorio, según las citadas fuentes policiales.
Estas fuentes no especificaron si el hombre viajó a Japón por voluntad propia, o si por el contrario fue entregado a la policía nipona por las autoridades surcoreanas.
El santuario sintoísta de Yasukuni honra a todos los caídos por Japón desde finales del siglo XIX y 1945, y entre ellos se cuentan 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente al término de la II Guerra Mundial.