El Gobierno iraní criticó hoy con inusual dureza el plan para desplegar a 7.000 policías "secretos" para controlar la "moralidad" de los ciudadanos de Teherán, proyecto que a juicio del presidente Hasán Rohaní y sus ministros solo servirá para generar "miedo e inseguridad".
El anuncio realizado la semana pasada por el jefe de policía de la capital iraní, Hoseyn Sayedinia, de que con la llegada del verano se desplegarán en la ciudad hasta 7.000 agentes de incógnito para vigilar el cumplimiento de las rígidas normas de vestimenta y de comportamiento social que imperan en la República Islámica, ha despertado una ola de indignación entre los ciudadanos que ha sido acompañada por las autoridades gubernamentales.
La más dura hasta el momento ha sido la vicepresidenta del Gobierno para asuntos de la mujer y la familia, Shahindojt Moulaverdí, quien en declaraciones publicadas hoy por el diario Ethelad, conservador, consideró como meras "justificaciones" los argumentos dados para imponer este plan, que va a crear "más problemas que soluciones" y que sólo ha servido para causar "intranquilidad" a los ciudadanos.
"Lo normal en el mundo es que la gente vea a la policía como protectores de la vida, la propiedad y la tranquilidad, y que la gente cuando vea a los policías sientan tranquilidad y seguridad. Sin embargo, nos ha llegado una oleada de llamadas de madres preocupadas por sus hijas universitarias en cuanto se anunció el plan", dijo la vicepresidenta.
El pasado lunes Sayedinia presentó lo que denominó el plan de "seguridad moral" de Teherán, que justificó como una "demanda ciudadana" ante "las molestias a la virtud" percibidas en los últimos tiempos.
Así, indicó que 7.000 agentes "secretos" se desplegarían por la ciudad para combatir cuatro "lacras" como el volumen de la música en los autos, la conducción temeraria, las "perturbaciones a la virtud" -es decir, que hombres y mujeres que no son parientes estén juntos a solas-, y el no cumplimiento del hiyab -velo obligatorio para las mujeres- dentro de los autos.
Según dijo, estos agentes no tendrán potestad para detener a nadie, sino que podrán emitir multas por cualquier violación y derivar a los infractores ante otras instancias policiales o, si la infracción es grave, judiciales, para recibir su castigo.
En los últimos tiempos, particularmente desde que Rohaní asumió el poder en 2013, ha sido notable entre los ciudadanos de Teherán el relajamiento en los estrictos códigos morales del país y la escasa atención que las autoridades han prestado para atajar cualquier violación a las normas.
Si bien la policía aún puede actuar y actúa contra una violación a estas normas, en la práctica es raro que lo hagan contra cuestiones menores como un "mal hiyab".
Así, es muy común ver a mujeres con el velo mal puesto dentro del auto o en la calle, maquillajes llamativos y uñas pintadas, parejas sentadas juntas en parques, cafés y restaurantes o autos con música pop a todo volumen circulando por las avenidas de la capital.