Los ejércitos de Corea del Sur y EE.UU iniciaron hoy unas maniobras conjuntas a gran escala con fuego real en territorio surcoreano, a las que Corea del Norte ha respondido con la amenaza de un "ataque nuclear preventivo".
El "Ulchi Freedom Guardian" (UFG), uno de los mayores ejercicios anuales conjuntos celebrado cada verano en Corea del Sur, cuenta este año con la presencia de 25.000 soldados de Estados Unidos y 50.000 surcoreanos, según informaron el Comando de Fuerzas Combinadas y el Ministerio de Defensa de Seúl.
Se espera que las maniobras, que se prolongarán hasta el jueves, incluyan ensayos de artillería con fuego real y el despliegue de aviones de combate y otros activos militares con el objetivo de coordinar la defensa de Seúl y Washington ante un hipotético ataque del Ejército Popular norcoreano.
Aunque las fuerzas conjuntas aseguraron que el UFG es de "naturaleza no provocadora", el régimen de Kim Jong-un ha reaccionado con amenazas en sus medios estatales.
"Si los belicistas atómicos muestran la más mínima señal de agresión a la inviolable soberanía de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país) en tierra, mar o aire, un ataque nuclear preventivo al estilo coreano convertirá en cenizas el lugar de dicha provocación", recogió la agencia estatal KCNA en un comunicado.
Un portavoz del Estado Mayor General del Ejército Popular, que suscribió el comunicado, destacó que "la situación en la península coreana es tan tensa que en cualquier momento puede estallar una guerra nuclear".
Corea del Norte argumentó que con el ejercicio "Ulchi Freedom Guardian" las fuerzas militares de Corea del Sur y EE.UU. buscan "adquirir capacidades para realizar un ataque nuclear preventivo por sorpresa contra la RPDC" y "preparar un escenario para la invasión de la RPDC en múltiples fases".
El nuevo episodio de tensión llega en plena fase de conflicto en la península coreana, después de que Pyongyang realizara a principios de año su cuarta prueba nuclear y el lanzamiento de un cohete espacial considerado un ensayo de misiles de largo alcance.
Ambas acciones fueron castigadas con fuertes sanciones comerciales del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que ha endurecido la posición de Corea del Norte ante la comunidad internacional.
En respuesta, Pyongyang ha lanzado desde entonces varios proyectiles de medio y corto alcance.
Por su parte, Seúl y Washington llevan a cabo cada año varios ejercicios militares a gran escala que suelen ser respondidos con amenazas de tono beligerantes por parte del régimen norcoreano.
EE.UU. mantiene 28.500 efectivos estacionados de forma permanente en Corea del Sur, país al que se compromete a defender como herencia de la Guerra de Corea (1950-53).