En el juzgado de Menores número 3 de Barcelona se inició ayer, a puerta cerrada, el juicio contra los dos chicos, Sergio y Luis, de 15 y 14 años, respectivamente, y que afrontan cinco años de internamiento, la pena máxima para su edad, por el asesinato de su compañera de clase Maores, que murió degollada y apaleada en un descampado de Ripollet.
Sergio, que en su segunda declaración judicial se había confesado autor material del crimen, aunque escudándose en que oía voces que le decían que debía matar a la chica, se negó ayer a contestar a las preguntas de las acusaciones y de las defensas, incluida la suya, según informaron a Efe fuentes judiciales.
Por su parte, Luis, al que se imputa también un delito de asesinato como cooperador necesario, negó cualquier implicación en el crimen y aseguró que se limitó a acompañar a su amigo porque éste quería conversar con Maores, aunque desconociendo por completo sus intenciones.
Tras pasar a recoger a la víctima por su casa, según la versión de Luis, los tres se dirigieron hacia un descampado, donde él permaneció alejado de la pareja.