Los representantes de Corea del Sur, Japón y EE.UU. en las negociaciones para la desnuclearización de la península coreana reclamaron hoy a China que intensifique su presión sobre Pyongyang con vistas a frenar sus programas armamentísticos.
En una reunión celebrada en Tokio, los enviados de los tres países instaron a Pekín, principal aliado diplomático y socio comercial de Corea del Norte, a hacer uso de su influencia sobre el régimen que lidera Kim Jong-un para que ponga fin a sus pruebas de misiles y nucleares en un momento de tensión máxima en la región.
Los participantes en la reunión, el surcoreano Kim Hong-kyun, el nipón Kenji Kanasugi y el estadounidense Joseph Yun, también acordaron "coordinar todas las acciones diplomáticas, militares y económicas" frente a Corea del Norte, dijeron a los medios tras el encuentro.
Llamaron "a la contención" para evitar una escalada militar y apostaron por "reforzar el poder de disuasión" frente a Pyongyang, señaló Kanasugi en declaraciones recogidas por la agencia local Kyodo.
Las tres partes discutieron la posibilidad de "emprender acciones punitivas" contra Corea del Norte en caso de que este país "lleve a cabo nuevos actos provocativos", dijo por su parte el enviado surcoreano.
En paralelo a esta reunión, responsables del Ejecutivo nipón se reunirán desde hoy hasta el viernes con el enviado especial de Pekín para la desnuclearización de la península coreana, Wu Dawei, para tratar la situación en la región, según anunció el Ministerio nipón de Asuntos Exteriores.
La Administración Trump ha hecho insistentes llamamientos a Pekín para ejercer mayor presión diplomática sobre Pyongyang y una aplicación más severa de las sanciones de la ONU, las últimas aprobadas el año pasado después de que el ejército norcoreano realizara dos pruebas nucleares en un lapso de apenas siete meses.
La tensión permanece en niveles máximos en la región desde que Corea del Norte realizara nuevos ensayos de misiles a comienzos y a mediados de mes, y ante la posibilidad apuntada por expertos de que el país asiático realizara otro ensayo nuclear.
Por su parte, Washington anunció el envío de un portaaviones nuclear a aguas próximas a la península de Corea en respuesta a estos continuados tests armamentísticos, y ha señalado que baraja todas las opciones posibles, incluida la militar, para lidiar con el régimen Juché (autosuficiencia).
Está previsto que el portaaviones, el USS Carl Vinson, se aproxime a Corea junto a su flota de ataque a finales de esta semana para realizar unas maniobras en las que también participan Tokio y Seúl, mientras que Pyongyang ha advertido que respondería "con golpes mortales" a cualquier provocación de esa flota.