La orden de evacuación se emitió después de que el servicio de bomberos declarase zona de catástrofe las regiones de Capricornia
Las autoridades australianas ordenaron hoy la evacuación inmediata de unos 8.000 habitantes que se encuentran en la localidad de Gracemere, amenazados por los incendios que arden en el estado de Queensland (noreste).
"Estamos anunciando la evacuación desde Stanwell hasta Gracemere. Las condiciones son catastróficas. Tenemos que tener una evacuación ordenada", dijo la primera ministra de Queensland, Annastacia Palaszczuk, por la televisión australiana.
La orden de evacuación se emitió después de que el servicio de bomberos declarase zona de catástrofe las regiones de Capricornia, Central Highlands y Coaldfield.
En esa área se asienta Gracemere, una población de algo más de 11.000 habitantes situada a unos 515 kilómetros al noroeste de Brisbane, la capital de estado, y donde no se había ordenado nunca antes una evacuación forzosa en sus 150 años de historia, según el diario The Courier Mail.
Las elevadas temperaturas han provocado 138 incendios, según los últimos datos, que arden sin control desde hace varios días en Queensland.
La principal preocupación de los bomberos se centra en el fuego declarado en el parque nacional de Deepwater, a 375 kilómetros al norte de Brisbane, que desde el fin de semana ha calcinado más de 20.000 hectáreas y cuatro viviendas.
Los meteorólogos pronosticaron para hoy temperaturas por encima de los 40 grados, fuertes vientos y la posibilidad de que una tormenta de arena se desplace por el sureste de Queensland, lo que podría empeorar la situación.
Los incendios más graves ocurridos en Australia en las últimas décadas sucedieron en febrero de 2009 en el estado de Victoria (sureste) y causaron 173 muertos y 414 heridos, y quemaron una superficie de 4.500 kilómetros cuadrados.
Además de los fuegos en Queensland, varios suburbios de Sídney, capital del estado de Nueva Gales del Sur (este), se vieron hoy inundados por las condiciones meteorológicas sin precedentes que afectan a Australia.
Los meteorólogos prevén 200 milímetros de lluvia y vientos de 90 kilómetros por hora en Sídney, donde, además de inundaciones, se registran caos circulatorio y apagones en varios barrios.
La tormenta, con fuerte aparato eléctrico y lluvias torrenciales obligó a cerrar dos de las pistas del aeropuerto de Sídney y a cancelar o retrasar decenas de vuelos nacionales e internacionales.