El último nombre en sumarse a la lista de aspirantes a reemplazar a May en el liderazgo del partido tory ha sido el del titular de Sanidad, Matt Hancock
La batalla por el liderazgo tory se intensificó este sábado tras el reciente anuncio de dimisión de Theresa May, con el "brexit" como principal punto de fricción entre los candidatos a suceder a la primera ministra británica.
A tan solo cinco meses para que se ejecute el divorcio británico de los 27, la decisión de la "premier" de dejar su cargo el próximo 7 de junio ha agravado la crisis política que afronta el país, aún sin una postura definida sobre su marcha de la Unión Europea (UE).
El último nombre en sumarse a la lista de aspirantes a reemplazar a May en el liderazgo del partido tory -y a convertirse en nuevo jefe del Ejecutivo- ha sido el del titular de Sanidad, Matt Hancock, que dijo hoy a la BBC que esa formación necesita "mirar al futuro" y "dejar atrás la espantosa política de los últimos tres años".
El político, de 40 años, adelantó que, de triunfar su candidatura, tratará de recabar apoyos de los Comunes para intentar obtener un acuerdo de "brexit" diferente al consensuado por May.
También descartó la convocatoria de elecciones generales anticipadas como modo de resolver el "impasse" del "brexit", argumentando que esos comicios resultarían "desastrosos para el país" y podrían aupar a (el líder laborista) Jeremy Corbyn a primer ministro "antes de Navidad".
Otros que ambicionan llegar al Gobierno son el titular de Exteriores, Jeremy Hunt; el ministro de Desarrollo Internacional, Rory Stewart; el extitular de Exteriores Boris Johnson y la exministra de Trabajo y Pensiones Esther McVey, si bien hay aproximadamente otra docena de tories que se plantean presentarse.
Los medios británicos coinciden hoy en que esta carrera por el poder estará inevitablemente dominada por el proceso de salida de la Unión Europea, pues la agenda que adopte el nuevo líder sobre el "brexit" resultará determinante para el futuro del país.
El favorito, Boris Johnson, aboga por una línea dura de ejecución del "divorcio" con Bruselas, y es partidario de abandonar la UE el 31 de octubre -el último plazo fijado para la desconexión-, "con o sin acuerdo".
Sostiene que la "mejor manera de obtener un buen acuerdo es prepararse para un 'brexit' sin acuerdo", tal y como remarcó este viernes en una conferencia en Suiza poco después del anuncio de May.
Johnson es "una figura que genera demasiadas divisiones dentro de su propio partido", según opinó la experta del bufete Dorsey & Whitney Frances Doherty.
Según esa analista, "con un Parlamento implacablemente opuesto a salir sin acuerdo con la UE (...) y con una UE que no está dispuesta a reabrir las negociaciones, la aritmética tiene una pinta imposible para cualquier nuevo líder, tal y como ha sido para May. Nada ha cambiado".
Ante este complejo panorama político, no han tardado en surgir las "pullas" entre los distintos candidatos.
Rory Stewart declaró hoy a la emisora Radio 4 que no podría trabajar en un Gabinete con Boris Johnson al frente: "No podría servir en un Gobierno cuya agenda fuera empujar al país a un 'brexit' sin acuerdo", por ser un escenario "dañino y deshonesto".
Stewart aseguró que él sería capaz de "ejecutar el 'brexit' y unificar el país", tremendamente dividido sobre esta cuestión, y alertó de que una marcha abrupta dejaría al Reino Unido sumido en un "limbo".
Por su parte, la ministra de Trabajo Amber Rudd -que se ha autodescartado como aspirante- señaló a la BBC que le "preocuparía mucho" que saliera alguien "demasiado entusiasta sobre un 'brexit' sin acuerdo".
"Es muy importante que quienquiera que asuma el liderazgo busque una solución e intente trabajar a fin de ver dónde está la mayoría parlamentaria", alertó.
Por su parte, el Partido Laborista -principal grupo opositor- ha adelantado que forzará una moción de confianza sobre el nuevo primer ministro lo antes posible.
John McDonnell, el "número dos" de esa formación, dijo hoy que cree que su partido tiene que mantener una "nueva conversación" sobre la manera de proceder en el proceso del "brexit".
Antes de anunciar que dejará su puesto el próximo 7 de junio, May intentó infructuosamente, en tres ocasiones, que los Comunes aprobaran su acuerdo del "brexit" negociado con la UE.
Su última baza, presentar de nuevo el pacto con nuevas medidas, entre ellas un posible segundo referéndum, la colocó en una situación imposible y terminó por derribarla del Ejecutivo.
Las últimas encuestas del país revelan que las bases del partido tory se decantarán por un líder favorable a materializar el resultado del referéndum de 2016, aunque entrañe una salida abrupta.
Por su parte, Bruselas ya ha indicado que no tiene ninguna intención de reabrir la negociación del acuerdo de salida.